MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
El vicepresidente de la Asamblea Nacional y portavoz del Partido Republicano Armenio (PRA), Eduard Sharmazanov, ha acusado a Azerbaiyán de, además de fracasar en el campo de batalla, también lo ha hecho en el plano diplomático, en relación al conflicto abierto entre los dos países en torno a la región de Nagorno-Karabaj.
El portavoz de los republicanos armenios ha recordado que "el documento que se debatió en Kazan en 2011 está sobre la mesa", en referencia a un texto que fue el eje central de las reuniones entre ambas partes celebradas en esta localidad rusa bajo el auspicio del entonces presidente, Dimitri Medvedev. Si bien entonces no lograron llegar a un acuerdo sobre la región, los participantes de las conversaciones sí consiguieron algunos progresos.
Las partes del conflicto, abierto desde hace más de dos décadas, aceptaron un alto el fuego promovido por Rusia y que entró en vigor el pasado 5 de abril después de que una serie de enfrentamientos rompiera la frágil estabilidad que había en la región. Este viernes, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha visitado Armenia y el conflicto de Nagorno-Karabaj ha sido uno de los temas de la agenda.
En este contexto y en declaraciones ante la prensa, recogidas por la agencia armenia de noticias ArmenPress, Sharmazanov ha asegurado que "el ministro de Exteriores ruso afirmó claramente que fue Azerbaiyán y no Armenia quien rechazó el documento", en referencia al texto de Kazan.
"Además, Lavrov ha dicho una vez más que se necesitan establecer mecanismos de investigación en las líneas de contacto, algo que Armenia siempre ha apoyado pero que Azerbaiyán no quiere", ha afirmado el vicepresidente de la Asamblea.
En este sentido, y con el objetivo de reactivar unas conversaciones pacíficas entre las partes, Sharmazanov ha asegurado que se necesita la "confianza" de que "Azerbaiyán no toma medidas provocativas por segunda vez".
"Esto es responsabilidad de la comunidad internacional", ha añadido. "Ya he dicho de que es hora de que la comunidad internacional ejerza presión sobre Azerbaiyán e imponga nuevas sanciones", ha explicado.
"Debemos recordar que el Ejército de Defensa (armenio) pudo neutralizar a Azerbaiyán en el campo de batalla y que su plan en el campo diplomático --de retirarse del régimen de cese de las hostilidades y avanzar en un nuevo documento sobre la cuestión- fue también un fracaso", ha añadido.
TURQUÍA, ALIMENTANDO LA VIOLENCIA
En medio de este conflicto, Rusia sugirió que Turquía podría estar alimentando la violencia en la región. El primer ministro, Dimitri Medvedev, insinuó a principios de abril que actores externos, entre ellos Turquía, estarían alimentando la escalada de violencia en la autoproclamada república separatista.
En este contexto, Sharmazanov ha subrayado la importancia de otras declaraciones de Lavrov en las que indica que el llamamiento a la paz de Turquía fue, en realidad, un llamamiento a la guerra. "Eso fue un mensaje muy claro", añadió el vicepresidente de la Asamblea.
"Hemos dicho en repetidas ocasiones que Turquía es el único país que apoya abiertamente la política criminal de Azerbaiyán y hoy el ministro ruso de Exteriores ha dicho lo mismo", ha explicado, ya que Ankara ha expresado siempre su apoyo a la parte azerí.
UNA LARGA HISTORIA DE VIOLENCIA
Armenia y Azerbaiyán viven enemistados desde el inicio del conflicto de Nagorno- Karabaj, en 1988, cuando este enclave, poblado en su mayoría por armenios, decidió independizarse de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
El Gobierno azerí perdió el control sobre Karabaj y siete distritos adyacentes tras una escalada de hostilidades en el período de 1992 a 1994. Para impulsar una solución negociada del conflicto, en 1992 se instituyó el Grupo de Minsk, cuyos copresidentes son EEUU, Rusia y Francia.
Azerbaiyán insiste en recuperar su integridad territorial; por su parte, Armenia defiende los intereses de la autoproclamada República de Nagorno-Karabaj, que no es parte de las negociaciones.