MANILA, 9 May. (Reuters/EP) -
Los colegios electorales de Filipinas han abierto sus puertas este lunes para unas elecciones presidenciales marcadas por la popularidad del candidato Rodrigo Duterte, conocido como 'El Trump del Este', que defiende las ejecuciones extrajudiciales como disuasión para posibles criminales o la clausura del Parlamento.
Duterte es el favorito a pesar de llamamientos como el del presidente saliente Benigno Aquino, quien el viernes pidió a los demás candidatos unir fuerzas para evitar su victoria.
El director de campaña de Duterte, Leoncio Evasco Jr., ha criticado la petición de Aquino por ser una intentona "desesperada". "Desenmascara aún más el verdadero carácter del régimen de Aquino: ante la debacle, abandonan el barco y corren como un pollo sin cabeza", ha apuntado.
En la carrera electoral está también Manuel Roxas, afín al presidente Aquino, quien no ha dudado en invitar a su principal rival, Grace Poe, a tratar una posible alianza. Sin embargo, Poe ha rechazado de plano la propuesta, llevado posiblemente por su ventaja sobre Roxas en las encuestas.
En total hay cinco candidatos y las encuestas las encabeza Duerte, de 71 años y alcalde de la ciudad de Davao, con 11 puntos de ventaja sobre Poe. Roxas sería tercero a estrecha distancia de Poe.
"Todo forma parte de un intento del Gobierno para dar la impresión de que Roxas está al alza. Necesitan este teatro para evitar que sus aliados provinciales abandonen el barco", ha señalado el analista político Próspero de Vera.
ÚLTIMO DÍA DE CAMPAÑA
El sábado fue el último día en legal para hacer campaña, así que Roxas aprovechó para plantear la contienda con Duterte como una batalla del bien contra el mal y expresó su intención de mantener la candidatura tras el rechazo de Poe a unir fuerzas.
"Van a destruir todo lo que hemos hecho; todo lo que se ha conseguido y no lo vamos a permitir", afirmó Roxas ante unos 30.000 seguidores durante un acto en Manila. "No vamos a rendirnos en este combate. Es un buen combate, un combate por nuestras vidas", apostilló.
En el mismo acto ha participado el presidente saliente, Aquino, quien realizó un último llamamiento a los votantes para detener a Duterte. "No lo puedo hacer yo solo. Os necesito a todos vosotros", apuntó.
Mucho mayor fue la multitud congregada por Duterte, unas 300.000 personas según la Policía. En el mitin, Duterte repitió su promesa de acabar con el crimen en seis meses. "Me juego mi vida y honor en esta presidencia. Lo voy a conseguir", aseguró en referencia a su anunciada guerra contra el crimen.
Poe, por su parte, arremetió contra Duterte y dijo que el país no puede ser gobernado por un "verdugo". "¿Vamos a elegir a un hombre corrupto e insensible que asesina?", se preguntó la candidata. "No soy perfecta, pero necesitamos líderes con compasión", remachó.