MADRID, 4 Nov. (Por Barbara Mineo, responsable humanitaria de Oxfam Intermón) -
Hace menos de dos semanas estuve en el campamento de refugiados Sayam Forage en la región de Diffa, en Níger. Allí escuché historias terribles. Gente que tuvo que huir de su casa de un momento a otro. Gente que perdió parte de su familia o toda, sobre todo a los hombres: Boko Haram los mataba o se los llevaba.
Una señora de 30 años con una mirada muy digna y con voz firme nos contaba cómo Boko Haram, delante de sus ojos, mató a su marido, decapitó a sus padres y a dos hijos. Ella logró salvar a sus otros dos hijos y junto a unos vecinos se refugió en el bosque durante varios días. Luego caminaron hasta cruzar la frontera y llegar a Níger.
Otra historia conmovedora nos la contó un señor mayor. Durante el ataque de Boko Haram en su pueblo, Damaseck, perdió a toda su familia. A él también intentaron matarlo, pero sobrevivió. Le creyeron muerto y por eso se salvó. Ha perdido un ojo.
Pero lo peor de todo es que después de ese calvario esa gente se encuentra ahora en una situación extremadamente vulnerable. Recién llegados a un país nuevo, sin tener absolutamente nada, les resulta muy difícil conseguir algo para comer.
Las personas refugiadas se mezclan con la población local y con otras personas de Níger que también han tenido que huir de sus casas y que se han desplazado internamente. En total, se calcula que en esta región un poco más grande que Portugal 280.000 personas necesitan ayuda humanitaria urgente. Tener acceso al agua potable y a un saneamiento adecuado y sobre todo, ser protegidas, son las prioridades mas urgentes.
Pero lo más impactante de mi visita fue escuchar a las autoridades diciendo que estaban a punto de ganar a Boko Haram y que en pocos meses las personas podrían volver a sus casas y reconstruir sus vidas.
Pero, ¿cómo piensan lograr eso?
NO QUEDA NADA
Muchas zonas fronterizas siguen sufriendo incursiones de Boko Haram, grupo yihadista que actúa con una violencia indiscriminada y destruye a su paso viviendas, escuelas, hospitales... ¿Cómo va a volver la gente si ya no queda nada?
La mayoría de los desplazados y refugiados no están listos para volver. Muchos temen aun por su vida y aunque el Gobierno les prometa que realmente les protegerá y les ayudará a reconstruirlo todo, pocos volverán espontáneamente a sus lugares de origen.
Lamentablemente el conflicto aun no ha terminado y esta es la cruda realidad.
En Nigeria, casi un millón y medio de personas se han visto forzadas a dejar sus casas, víctimas muchas veces de abuso y violencia tanto por parte de Boko Haram como por parte de los militares. Muchas mujeres y jovencitas se ven obligadas a vender sus cuerpos a cambio de una ración de comida o para poder salir de los campos donde están ahora.
La vida en estos lugares controlados por el Gobierno se ha trasformado para la mayoría de la gente en una lucha diaria y difícil para sobrevivir.
2,6 MILLONES DE DESPLAZADOS
La violencia en el noreste de Nigeria se ha extendido hacia los países limítrofes: Níger, Chad y Camerún. Entre los cuatro países, 2,6 millones de personas han tenido que huir de sus casas. La comunidad internacional debe actuar ya si no quiere que esta crisis se transforme en una verdadera catástrofe.
Desde Oxfam estamos proporcionando ayuda a 250.000 personas, y tratamos de ampliar nuestra respuesta para llegar a un millón y medio de personas, tanto los desplazados que huyen como las familias y poblaciones que los acogen. También tratamos de trabajar para que los gobiernos protejan a los civiles y garanticen la entrada de ayuda humanitaria a las zonas más difíciles.
No olvidemos que se trata de la crisis humanitaria más grave de los últimos tiempos y la menos conocida por el resto del mundo.
Una crisis en la que millones de personas están pasando hambre, y en la que, según algunas estimaciones, miles de personas han muerto ya. Sin embargo, muy poco se habla de ello.