NAIROBI, 30 Abr. (Reuters/EP) -
Las autoridades de Burundi han arrestado este lunes a un miembro del partido gubernamental que el domingo pidió a sus seguidores que lanzaran a los opositores a un lago, según fuentes judiciales citadas por la agencia británica de noticias Reuters.
"Dijimos que hemos ordenado embarcaciones. Les mandaremos (a los opositores) al lago Tanganyika", dijo Melchiade Nzopfabarushe. "El que tiene el apoyo del presidente (Pierre Nkurunziza) logra lo que pretende. Este es el mensaje que damos aquí y en toda la nación", afirmó.
El partido gubernamental Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia-Fuerzas para la Defensa de la Democracia (CNDD-FDD) ha intentado desvincularse de estas declaraciones y ha dicho en su cuenta en Twitter que rechaza "cualquier mensaje subversivo que puedan poner en peligro la unidad y la cohesión del pueblo burundés".
Los comentarios de Nzopfabarushe durante un mitin en la localidad de Kabezi, tuvieron lugar en medio de las crecientes tensiones en el país de cara al referéndum constitucional que se celebrará el 17 de mayo, que incluye el aumento de años del mandato presidencial de cinco a siete, limitando a dos el número de mandatos.
Sin embargo, las enmiendas no afectarían a Nkurunziza, que lleva en el poder desde 2005 y podría volver a presentarse a las elecciones.
Dicha consulta, que también contempla la reintroducción del cargo de primer ministro y la reducción de dos a uno del número de vicepresidentes, podría permitir al presidente de Burundi volver a presentarse a los comicios a pesar de encontrarse ya cumpliendo un controvertido tercer mandato.
De aprobarse el referéndum, Nkurunziza podría ampliar su mandato hasta 2034 dado que las enmiendas no afectarían a los mandatos anteriores.
La tensión ha aumentado en el país desde 2015, cuando Nkurunziza anunció su controvertida decisión de seguir al frente del país durante un tercer mandato, lo que la oposición tildó de inconstitucional.
La oposición aseguró que su reelección violaba los términos del acuerdo de paz que se firmó en 2005 tras doce años de guerra civil. Este acuerdo de paz incluía reformas en el Ejército, que fue absorbido por los rebeldes, de mayoría hutu, y que había sido dirigido por la minoría tutsi.
El Gobierno insiste en que no hay preferencias étnicas, pero sus oponentes aseguran que los distritos de Buyumbura en donde viven la mayoría de los tutsis, que también han sido un semillero de protestas contra Nkurunziza, han sido objetivos de varios ataques.
Las autoridades burundesas han acusado en reiteradas ocasiones en los últimos meses a la ONU de tomar partido y denunciar de forma interesada los supuestos abusos cometidos por el partido gobernante y las fuerzas de seguridad.
Desde 2015, más de 400.000 refugiados y solicitantes de asilo han abandonado el país huyendo del conflicto, los abusos de los Derechos Humanos y el deterioro de la situación humanitaria.