Arrestados en Afganistán siete militares sospechosos de facilitar el asalto de los talibán a una base en Balj

Base militar afgana atacada por los talibán en Mazar-i-Sharif
ANIL USYAN/REUTERS
Actualizado: viernes, 16 junio 2017 3:52


MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -

Las autoridades de Afganistán han arrestado este jueves a siete militares sospechosos de facilitar el asalto ejecutado en abril por los talibán contra una base en la provincia de Balj (norte), que se saldó con la muerte de al menos 135 militares.

El portavoz del Ministerio de Defensa, Daulat Waziri, ha indicado que los siete arrestados han sido identificados como sospechosos en el marco de las investigaciones, según ha informado la agencia afgana de noticias Jaama Press.

Los arrestos han tenido lugar apenas dos días después de que 34 militares --entre los que figuran varios comandantes y tenientes generales-- fueran condenados a penas de cárcel por negligencia durante el citado asalto.

El Ejército confirmó días después del asalto que en el mismo habían muerto diez oficiales, 26 sargentos, 94 soldados y cinco civiles, agregando que otras 64 personas --dos oficiales, 15 sargentos y 47 soldados-- resultaron heridas.

El resultado de las investigaciones gubernamentales fue publicado apenas un día después de que Tolo TV, la principal cadena de televisión del país, elevara a 256 el número de muertos en el ataque, citando "fuentes creíbles".

Hasta 10 milicianos talibán vestidos con uniformes del Ejército afgano y conduciendo vehículos militares se abrieron camino en la base, situada en la localidad de Mazar-i-Sharif, y abrieron fuego contra los soldados que estaban en un comedor y que abandonaban una mezquita al término de la oración del viernes.

El portavoz de los talibán, Zabihulá Muyahid, señaló en un comunicado publicado el sábado que el ataque es una represalia por la reciente muerte de varios líderes del grupo insurgente en el norte de Afganistán.

El ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Afganistán, Abdulá Habibi y Qadam Shah Shahim, respectivamente, presentaron su dimisión en respuesta al ataque.

Tras el mismo, el expresidente afgano Hamid Karzai afirmó que ya no puede llamar "hermanos" a los talibán, pidiendo a los insurgentes que "dejen de cometer atrocidades" y agregando que "cada una de las balas disparadas por los talibán beneficia a los intereses de extranjeros".

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