PARÍS, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Asamblea Nacional francesa ha respaldado el discurso político pronunciado este martes por el primer ministro, Edouard Philippe, y de esta forma ha otorgado su confianza al Gobierno conformado tras las últimas elecciones presidenciales, en las que se impuso el centrista Emmanuel Macron.
Con 370 votos a favor, 67 en contra y 129 abstenciones, la Cámara Baja ha dado 'luz verde' al inicio de un quinquenio que tanto Macron como Philippe han esbozado en sucesivos discursos. El presidente tomó la palabra el lunes ante un foro de diputados y senadores reunidos en Versalles.
Este martes, ha llegado el turno del jefe de Gobierno, que ha pronunciado un discurso sin grandes sorpresas en el que ha desgranado algunas de las medidas económicas y sociales previstas para los próximos años. Durante algo más de una hora, ha dado algunos detalles de los compromisos adquiridos por Macron.
La economía ha sido uno de los grandes ejes de un discurso en el que se ha planteado terminar con la "adicción" a la austeridad, de tal forma que no sea un fin en sí mismo. Philippe ha prometido una contención de la deuda y ha explicado que, mientras Alemania gasta 98 de cada 100 euros recaudados mediante impuestos, en Francia se gastan 125 euros por cada 117.
Francia aspira a cumplir este año el objetivo de déficit fijado por Bruselas, pero el primer ministro ha reajustado algunas de las promesas de campaña de Macron y ha aplazado un año --a 2019-- la sustitución del Crédito de Impuesto Competitividad Empleo (CICE), un plan socialista que rebaja la presión fiscal a empresas, por un programa permanente.
El impuesto de sociedades pasará del actual 33,3 por ciento a un 25 en el año 2022, mientras que el impuesto sobre bienes inmuebles será eliminado para el 80 por ciento de los hogares antes de ese año. Philippe ha explicado que, en términos generales, el Gobierno quiere "bajar la presión fiscal por debajo de un punto del PIB en cinco años", lo que implicará una rebaja de impuestos de 20.000 millones de euros.
El primer ministro ha anunciado un plan de inversiones de 50.000 millones de euros para los próximos cinco años y que estará enfocado al impulso de las nuevas tecnologías, la sanidad, el transporte y la modernización del Estado.
PROMESAS SOCIALES
En materia de Justicia, el Ejecutivo galo prevé aprobar una gran ley en 2018 y crear 15.000 nuevas plazas en las cárceles. Asimismo, quiere revisar el Código Penal para reforzar los castigos por ciertos delitos y, en cambio, rebajar otros, en aparente alusión a la posesión de pequeñas cantidades de droga.
En Sanidad, el Gobierno hará "obligatoria" la vacunación infantil y elevará "progresivamente" el precio de las cajetillas de cigarrillos para que cuesten "unos diez euros", un 40 por ciento por encima de los precios actuales. La "igualdad entre hombres y mujeres" en materia de conciliación también es otro de los objetivos a nivel social, entre los que también figura una reforma del sistema de asilo y la lucha contra la inmigración irregular.
CRÍTICAS
Philippe ha subrayado que, independientemente de la mayoría de la que disfrute actualmente La República en Marcha, el Ejecutivo no siente que tenga un "cheque en blanco" para gobernar a su antojo. De hecho, este martes el primer ministro ya ha tenido que escuchar críticas de quienes están llamados a ser los principales referentes de la oposición parlamentaria.
El jefe de la bancada de Los Republicanos, Christian Jacob, ha recordado durante su turno que Macron fue ministro de Economía en el anterior Gobierno y, por tanto, "responsable" de la situación con la que se ha encontrado al llegar al Elíseo, mientras que el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha denunciado "un golpe de Estado social" y ha recalcado que los franceses "no han elegido a (la canciller alemana, Angela) Merkel" para que les gobierne.