MADRID 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
El número de intentos de suicidios y enfermedades mentales en niños y jóvenes ha aumentado notablemente en la ciudad siria de Madaya, sitiada como parte de la guerra civil, según ha denunciado la organización Save the Children, que ha alertado de que la ayuda humanitaria necesaria desde hace cuatro meses para hacer frente a la situación continúa sin llegar a la zona.
Según fuentes médicas en la zona, al menos seis adolescentes y siete jóvenes han intentado suicidarse en los últimos dos meses, una situación que prácticamente no se había dado antes de que la ciudad fuera sitiada en julio de 2015.
Los miembros de las organizaciones humanitarias en la región han advertido de que cientos de personas están sufriendo problemas psicológicos y enfermedades mentales, como la paranoia o la depresión, debido a las condiciones de vida a las que se encuentran sometidas.
En la ciudad de Madaya no hay especialistas en salud mental ni servicios médicos básicos, según Save the Children, que ha señalado que, además del aumento del número de suicidios, la zona sufre un brote grave de meningitis. La situación llegó a su punto más crítico a principios de 2016, cuando se registraron al menos 65 muertes por inanición, según la ONG.
"Los niños están muy afectados psicológicamente. Cuando hacemos actividades en las que les pedimos que canten canciones, no reaccionan, no se ríen como lo hacían antes. Dibujan imágenes de niños asesinados durante la guerra, de tanques, asedios o escasez de comida", ha aseverado Rula, una profesora de Madaya.
MALNUTRICIÓN
"La mayoría sufre malnutrición y tiene problemas para digerir los alimentos. Además, tienen infecciones en su sistema digestivo y padecen enfermedades, como la meningitis. El hambre y el asedio vuelven a asentarse otra vez, como ya ocurrió el invierno pasado. No necesitamos compasión o lástima sino ayuda", ha añadido.
A principios de 2016, el acceso a la ayuda en Madaya se reabrió ante la gravedad de la situación, permitiendo que convoyes de alimentos y medicinas entraran en la zona. Sin embargo, el acceso volvió a cerrarse en abril, según la ONG, que ha señalado que los niños se han visto forzados a separarse de sus familias.
"Hemos oído que muchos niños han muerto de hambre. Nuestra madre nos dijo que la situación era mala y que ella estaba intentado salir de allí, como mi padre. Ella está ayudando a los niños. Yo no quiero que le pase nada malo", ha manifestado Samar, hija de Rula, que fue trasladada a Líbano un día antes de que se declarara el estado de sitio.
Save the Children, así como otras organizaciones humanitarias, temen que la privación de alimentos, agua, combustible y medicinas en Madaya y otras zonas de Siria esté siendo utilizada por las partes enfrentadas en el conflicto para forzar a la población a abandonar sus casas y asegurar así el territorio.
A finales de agosto, toda la ciudad de Daraya fue evacuada tras cuatro años de asedio, una situación que podría repetirse en Moadamiya y en el barrio de Al Waer, en Homs. "El largo asedio de Madaya y otras ciudades sirias está afectado mentalmente y físicamente a la población.
MENORES BAJO ASEDIO
La presión a la que están sometidos por vivir en estas condiciones durante años es demasiado difícil de afrontar, especialmente para los niños. Hay más de 250.000 menores viviendo bajo asedio en Siria y podemos ver claros síntomas de trauma y angustia", ha afirmado la directora de Save the Children en Siria, Sonia Kush.
"Madaya, así como otras áreas que se encuentran sitiadas, ha sido olvidada. Esta vez el mundo no debe esperar a que la gente se muera de hambre para poder actuar. Está claro que la población está a merced de los objetivos militares. La comida, el agua potable, la libertad de movimiento y la sanidad siguen siendo derechos a pesar de estar en guerra", ha señalado Kush.
"Necesitamos que se facilite el acceso a la ayuda humanitaria y que se produzca un mayor esfuerzo por parte de la comunidad internacional para detener las evacuaciones forzosas de ciudades y comunidades enteras", ha añadido.
Según los últimos datos, el acceso a la mayoría de zonas sitiadas en Siria se encuentra muy restringido. La ONU señala que, en agosto, las ONG sólo pudieron acceder a 19 áreas sitiadas. En julio, únicamente recibió ayuda el 9 por ciento de los 5,4 millones de personas que viven en estas áreas.