El sarcófago que protegerá Chernóbil
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 26 abril 2017 11:53

MADRID, 26  (EDIZIONES) -

Suficientemente largo como para albergar dos Boeing 747 o la estatua de la libertad y con un extraordinario peso de 36.000 toneladas, así es el enorme sarcófago que en abril se colocó para cubrir definitivamente los restos radiactivos de Chernóbil.

Treinta años después del fatídico accidente nuclear, la cúpula fue colocada en su posición definitiva, cubriendo el sarcófago provisional que se levantó sobre la central nuclear meses después del accidente del 26 de abril de 1986.

La Nueva Contención Segura, que es como se llama la bóveda tiene unas dimensiones de 108 metros de alto, 257 metros de ancho y 162 metros de longitud y pesará, cuando se complete todo su equipamiento, unas 36.000 toneladas.

El objetivo es que el nuevo sarcófago evite la filtración de radiación al menos 100 años más. Su misión será dar una solución definitiva a las más de 100 toneladas de uranio y otros materiales radiactivos que el accidente liberó.

Tras el accidente, las autoridades trataron de enterrar el peligro con miles de toneladas de tierra y un sarcófago provisional de hormigón y acero, pero fue una solución de emergencia que nunca tuvo intención de perdurar en el tiempo.

En lugar de tratar de reparar ese primer sarcófago, los ingenieros han optado por construir uno nuevo encima de él. La estructura, que previsiblemente estará lista para finales de 2017, ha costado alrededor de 1.500 millones de dólares y ha sido financiado por más de 40 gobiernos de todo el mundo.

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CONSTRUIDO EN VARIAS FASES

Debido al riesgo que implica construir cerca de un foco radiactivo, el gigantesco arco se ha levantando en una plataforma de hormigón cercana a la central (180 metros al oeste del reactor cuatro), pero lo suficientemente alejada como para garantizar la seguridad de los trabajadores, y luego ha sido arrastrado a su posición final sobre los antiguos reactores.

La cúpula está dotada de un recubrimiento en dos capas, con una cavidad entre ellas, que asegura una correcta regulación de la temperatura y la humedad en el interior. Todo con el doble objetivo de que ni el polvo radiactivo pueda escapar de la bóveda ni se produzca una filtración de agua que logre entrar.

Cuando esté terminada, la bóveda será capaz de resistir un terremoto de magnitud 6, un tornado de categoría 3 y temperaturas extremas que van desde los -43 C hasta los 45 C.

La cúpula se ha construido en dos partes. Cada sección de la primera parte se construyó en el suelo, elevada con grúas y soldada gradualmente entre sí. El segundo módulo se ensambló a continuación por el mismo procedimiento y, en la última etapa de la construcción, ambas piezas han sido ensambladas.

Los equipos de trabajo han instalando un sofisticado sistema de ventilación que evitará la corrosión de los materiales durante el próximo siglo y sistemas que servirán para desmantelar el antiguo sarcófago desde dentro de la cúpula, una vez esté instalado.