MADRID, 24 Ene. (EDIZIONES) -
La presencia del grupo terrorista Estado Islámico en Afganistán ha ido en aumento en los últimos meses, como también han aumentado los enfrentamientos entre sus milicianos y los combatientes talibán, a quienes quiere arrebatar la primacía en la lucha yihadista en este zona del mundo.
A través de la 'wilaya' de Jorasan, que engloba Afganistán, el oeste de Pakistán y algunas zonas de los países vecinos, la organización que lidera Abú Bakr al Baghdadi está tratando de consolidarse en el país que durante años escondió a la cúpula de Al Qaeda, su mayor rival, y a su fundador, Usama bin Laden.
En la última edición de su revista en inglés 'Dabiq', Estado Islámico publica una entrevista al gobernador de esta provincia, jeque Hafidh Sadi Jan, quien ofrece una definición muy clara de cómo ven desde este grupo a los talibán, a quienes se refiere en todo momento como "movimiento nacionalista".
El 'wali' marca una distinción muy clara entre Estado Islámico, que en los territorios que controla en Afganistán, como ocurre en otras partes del mundo, "establece la ley de Alá" y la hace aplicar, y los talibán, a los que acusa de haberse apartado de la misma.
Jan reconoce que el control que tienen no está "al mismo nivel que hay en Irak y Siria en términos de magnitud de territorio sobre el terreno", pero han conseguido establecer en ellos tribunales, centros educativos y servicios públicos, entre otros.
No obtante, defiende que Afganistán --donde su presencia principalmente está en la provincia de Nangarhar-- es "una puerta para reconquistar todas estas regiones hasta que estén gobernadas una vez más por la ley de Alá y para que el territorio del bendecido 'califato' se expanda".
MOVIMIENTO NACIONALISTA
Frente a ellos, los talibán, un "movimiento nacionalista" al que acusa de ser un producto de Pakistán y Afganistán con el objetivo de "frenar la expansión del califato". Según el 'wali', "ellos gobiernan por costumbres tribales y juzgan los asuntos conforme a los deseos y las tradiciones de la gente, tradiciones contrarias a la 'sharia'".
El dirigente de Estado Islámico se pronuncia de forma muy dura contra el nuevo líder de los talibán, el mulá Ajtar Mansur, de quien dice tiene "fuertes y profundos lazos con los servicios de Inteligencia paquistaníes", así como con "la Inteligencia iraní", y de actuar por orden de estos, "matando a soldados de la 'wilaya'".
Asimismo, critica el modo en que ocultó la muerte del mulá Omar, líder de los talibán, durante dos años, con el fin de "actuar a su antojo" y para "reconocer las fronteras nacionalistas y cruzadas, abrir una oficina en un país apóstata como Qatar, recurrir a negociaciones escandalosas, desarrollar fuerte lazos con la Inteligencia paquistaní y, por último, iniciar una guerra contra el 'califato'".
Sin embargo, según el gobernador de Estado Islámico, tras el anuncio de la muerte del mulá Omar el pasado verano, fueron muchos los milicianos talibán los que se apartaron del mulá Ajtar Mansur "y muchos de ellos se unieron al 'califato'". "Todo ello ocurrió porque el movimiento talibán se desvió significativamente de lo que fue en el pasado". "El movimiento talibán se ha convertido ahora en un rehén y en un títere en manos de otros que le manejan a su antojo", añade.
CULTIVO DE OPIO
Por otra parte, Jan acusa a los talibán de permitir el cultivo de opio en las zonas bajo su control. "No hay ninguna duda de que el movimiento nacionalista talibán ha permitido a los agricultores y comerciantes cultivar y vender opio", sostiene.
Los propios talibán "cosechan opio e incluso, lo que es peor, ellos mismos transportan opio y heroína en sus propios vehículos, cobran una tasa a los vendedores y los adictos", añade, subrayando que también "tienen un descuento del 10 por ciento y cobran impuestos de ello".
Por su parte, Estado Islámico "no solo ha prohibido el cultivo y la venta de opio, sino que también ha prohibido en su territorio todo lo que la ley de Alá ha prohibido, como los cigarrillos y sustancias similares".
El gobernador de Jorasán también se refiere a los talibán paquistaníes, de quienes ha dicho que actualmente "no hay ninguna diferencia" con los de Afganistán. "Ambos talibán no aplican la 'sharia' sino que ambos siguen los deseos del pueblo y ambos luchan mientras que reciben y obedecen órdenes de otros", denuncia.
"Tras el establecimiento del 'califato', todos los verdaderos muyahidines en el movimiento se unieron al 'califato' y juraron lealtad al califa, y por tanto, no queda nadie en los talibán paquistaníes salvo los corruptos", ha añadido.
PRESENCIA DE AL QAEDA
También asegura que "Al Qaeda ya no tiene una presencia real en Jorasán, al margen de la presencia de unos pocos de sus miembros". Lo que hay, denuncia, se dedican a "propagar desinformación sobre el califato y contra la 'wilaya' de Jorasán e incitar a la gente en contra de que jure lealtad y apoye el 'califato'".
Por último, señala que los musulmanes que emigran a la provincia son "multitudes" y asegura que les ayudarán "con todo lo que Alá nos ha proporcionado por su gracia". En este sentido, invita a todos a "abandonar el bando de la falsedad y a entrar en el bando de la verdad, donde no hay falsedad".
"Les daremos la bienvenida a todos y no diferenciaremos entre los 'mujahir' (término empleado en la región para referirse a inmigrantes musulmanes llegados de India) y los demás, porque los creyentes son hermanos entre los que no hay diferencia".