La ONG ELIL trabaja ayudando a quienes están atrapados en Lesbos a preparar sus entrevistas de cara a su proceso para pedir asilo
MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
Unos 12.000 migrantes y refugiados han llegado por mar en lo que va de año a Grecia, con Lesbos como uno de los principales puntos de llegada. Una vez en la isla, la inmensa mayoría se ven atrapados en el complejo sistema burocrático griego para poder resolver su situación y solicitar asilo, además del traslado a la península, en un país y una cultura que no son la suya.
Según el Gobierno heleno, a finales de mayo había en las islas griegas 16.689 solicitantes de asilo, la cifra más alta desde que entró en vigor el acuerdo migratorio entre la UE y Turquía en marzo de 2016. La capacidad de acogida en las islas se está viendo superada, ya que no existen plazas suficientes para alojarles, de ahí el que campos como el de Moria, en Lesbos, estén desbordados.
El hacinamiento, la espera durante meses e incluso años está generando tensión y desesperación entre los migrantes y refugiados atrapados en Lesbos, que pusieron rumbo a Europa con la esperanza de una vida mejor, en muchos casos huyendo de la guerra y la violencia en países como Siria, Irak o Afganistán, y se han encontrado con que su situación no ha mejorado.
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Para todos ellos, "es difícil estar en una realidad que no entienden, con un idioma y otra cultura distintos a la suya", explica a Europa Press Chrysoula Archontaki, coordinadora legal de Abogados Europeos en Lesbos (ELIL, por sus siglas en inglés), subrayando que la prolongada espera y la incertidumbre sobre su futuro genera en muchos de ellos "desesperación y depresión".
"Hay falta de información y no entienden el sistema, que es un procedimiento legal y los requisitos que se les exigen", añade. Contar con asesoramiento legal es clave, pero actualmente la legislación griega, conforme a la normativa europea, solo contempla el derecho de asistencia letrada en la segunda instancia del proceso, no cuando se realiza la entrevista inicial para solicitar asilo, señala la abogada griega.
"Deberían contar con asistencia letrada gratuita desde el primer momento porque estas personas entran en un procedimiento legal", reclama Archontaki, que defiende que esto debería ser así para "cualquier persona que llegue a la UE". "Estas personas deben y merecen tener asistencia letrada desde el primer momento hasta el último porque es la única manera de que se garanticen sus derechos y un proceso justo", sostiene.
En el caso de Lesbos, pese a que la asistencia letrada sí se garantiza en la segunda fase, actualmente el Estado solo tiene un abogado en la isla para ello y habría unos 7.000 expedientes que resolver.
El trabajo de ELIL está dando resultado ya que de los casos a los que han ofrecido consejo legal en primera instancia y que les han notificado ya el resultado (han asistido unos 3.340 en total y conocen el resultado de unos 446), el 74,7 por ciento han terminado recibiendo asilo, mientras que la media de casos en el país es del 46,5 por ciento.
Otra de las barreras en el proceso es la falta de intérpretes. ELIL cuenta con intérpretes de árabe, farsi y francés y con voluntarios que pueden traducir por teléfono otras lenguas, pero hay algunos casos de idiomas difíciles, en los que no es posible encontrar un intérprete, ni por las autoridades griegas ni las europeas, lo que contribuye a ralentizar el proceso, y con ello la frustración de quienes ven dilatarse en el tiempo sus casos sin una respuesta.
CASOS MÁS VULNERABLES
Actualmente, se está dando prioridad a los casos más vulnerables, es decir, menores no acompañados, familias monoparentales, mayores de 65 años, embarazadas y lactantes o enfermos graves, así como víctimas de violencia sexual, tortura o trata, entre otros. Sin embargo, aunque se les identifique como tales estas personas permanecen en Lesbos hasta que se les realiza la primera entrevista para evaluar su caso, lo cual puede demorarse varios meses.
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"Cada vez es más difícil y hace falta más tiempo para lograr el traslado fuera de la isla hacia la península", reconoce la abogada griega. Esto supone un sufrimiento añadido para quienes han vivido experiencias terribles en sus países de origen o durante el viaje hacia Europa que quieren olvidar y se ven obligados a recordar una y otra vez lo sucedido.
"La gente quiere olvidar o ya ha olvidado y hay que obligarles a volver a recordar", lamenta Archontaki, cuya labor consiste en ayudar a los solicitantes de asilo a preparar esa primera entrevista en la que exponer los hechos por los que se les debería conceder la protección internacional.
REVICTIMIZACIÓN
Para una persona que ha sido víctima de violencia sexual, por ejemplo, es muy complicado contar lo vivido y más aún el tener que hacerlo a varias personas. "Piensan que cuando nos lo cuentan a nosotros todo ha terminado y hay que hacerles ver que deberán contarlo de nuevo en la entrevista inicial" y otras veces más a lo largo del proceso, señala, lo cual supone una "revictimización" de estas personas.
ELIL, que está financiada en gran medida por la ONG Oxfam, trabaja también en los casos de reagrupación familiar de migrantes llegados a Lesbos con parientes que se encuentran en otros países europeos. Se trata de un "proceso bastante lento", reconoce la abogada, ya que depende del país y "algunos piden demasiados datos que no son fáciles de aportar y demostrar".
Igualmente, trabajan ayudando a los menores no acompañados que han sido registrados como adultos. En algunos casos, son los propios menores quienes por "falta de información o información falsa" que reciben durante el viaje o de otros migrantes, piensan que es mejor que se les registre como mayores de edad y luego es difícil demostrar lo contrario.
Archontaki admite que es difícil decirles a todas estas personas que no las puede ayudar cuando vienen buscando por ejemplo asistencia médica o que haga algo para acelerar su proceso, pero tiene claro cuál es su cometido y que lo mejor para ellos es "no darles falsas esperanzas".
Pese a ello, "es un trabajo muy gratificante", ya que todas las personas a las que ayudan se sienten muy agradecidas, y "es bonito sentirte útil", ya que se trata de una "ayuda directa", subraya esta abogada. "Prueba de ello es que los voluntarios que han viajado a Lesbos vuelven", remacha.