MADRID 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Siria, Bashar al Assad, ha asegurado este viernes que Arabia Saudí le ofreció su apoyo a cambio de que cortara sus relaciones con Irán, agregando que la propuesta fue formulada después del inicio de la crisis política en el país.
"Arabia Saudí dijo que nos ayudaría si nos alejábamos de Irán y anunciábamos el final de todas nuestras relaciones con el país", ha dicho, en una entrevista concedida al diario ruso 'Komsomolskaya Pravda'.
En la misma, ha sostenido que Riad "quería que Siria se alejara de Irán sin motivo, sólo porque odia a Teherán", recordando que en ese momento se negociaba el acuerdo nuclear entre el Grupo 5+1 e Irán.
"Siria tiene buenas relaciones con Irán, y Arabia Saudí quería destruir Irán completamente, quizá de forma política, quizá de forma material, por lo que querían que Siria fuera contra Irán", ha dicho.
Al Assad ha recalcado durante la entrevista que el principal problema que atraviesa el país es el "terrorismo", pidiendo distinguir entre las potencias que apoyan a Damasco en esta lucha y las que han intervenido en el país para apoyar a "extremistas".
"No se trata de cuántos países interfieren ahora. Rusia, Irán, (el partido-milicia chií libanés) Hezbolá, son nuestros aliados, vinieron legalmente, nos apoyan contra los terroristas", ha argumentado.
Preguntado sobre si cree que el mundo está cerca de una Tercera Guerra Mundial, el mandatario sirio ha sostenido que "recientemente, en las últimas semanas o meses, se vive algo que es más que una Guerra Fría, pero menos que una guerra total".
"No sé cómo llamarlo, pero no es algo que haya existido recientemente, porque no creo que Occidente, y especialmente Estados Unidos, haya puesto fin a la Guerra Fría, incluso después del colapso de la Unión Soviética", ha explicado.
En este sentido, ha subrayado que "existe una sensación de guerra como la que se describe como una Tercera Guerra Mundial, como una guerra mundial, pero no militar".
SATISFACCIÓN CON EL APOYO RUSO
Al Assad ha aprovechado la entrevista para expresar su satisfacción con el apoyo ruso a Damasco, explicando que "Rusia quería combatir el terrorismo por distintos motivos, no sólo por Siria o Rusia, sino por la región, Europa y el resto del mundo".
"Entienden el significado del terrorismo, mientras que Estados Unidos, desde Afganistán a principios de los años ochenta, considera que el terrorismo es una carta que puede jugar, que puede poner sobre la mesa", ha apuntado.
Asimismo, ha dicho que Moscú "ayudó antes, quizá no directamente con sus Fuerzas Aéreas, pero enviaron apoyo logístico necesario para la guerra".
"Hay expertos militares (rusos) que viven en Siria desde hace cuatro décadas. En 2014 vieron que el equilibrio sobre el terreno cambiaba a favor de los terroristas por el apoyo de Occidente y países como Arabia Saudí, Turquía y Qatar", ha relatado.
Por ello, ha valorado que "antes de la intervención (rusa), la llamada 'alianza' liderada por Estados Unidos no hizo nada, Estado Islámico se expandía". "Tras la intervención rusa, esos mismos territorios bajo control terrorista han disminuido", ha zanjado.
CRÍTICAS A TURQUÍA
Por otra parte, ha cargado contra Turquía, tildando de "invasión" la entrada de sus tropas en el norte del país y asegurando que ha llevado a cabo operaciones contra el grupo yihadista Estado Islámico "para limpiar su imagen".
"Crearon Estado Islámico, apoyaron a Estado Islámico, le dieron apoyo logístico y le permitieron vender petróleo a través de su territorio", ha señalado, apuntando a las autoridades turcas.
Así, ha dicho que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, "quiere tener un papel en la solución en Siria, y no le importa cuál". "Se sintió aislado durante el último año por culpa de (su apoyo a) Estado Islámico", ha zanjado.
Pese a ello, ha aplaudido la normalización de las relaciones entre Turquía y Rusia, arguyendo que Damasco "espera que Moscú pueda lograr algunos cambios en la política turca".
"Espero que puedan convencerles de que dejen de apoyar a los terroristas, de que dejen de permitir la entrada de dinero y combatientes para estos grupos a través de sus fronteras", ha manifestado.
LA INFLUENCIA SAUDÍ
Al Assad ha tenido palabras duras para las autoridades saudíes, a las que ha acusado de promover la ideología que mueve a grupos como Estado Islámico y alertando de que la misma "se ha infiltrado en Europa".
"No se puede acabar con el extremismo en el Islam con una ideología que no sea el Islam moderado", ha dicho, afirmando que para acabar con los yihadistas "hay que combatir su ideología".
"Hay que trabajar para ahogar el dinero que paga el Gobierno de Arabia Saudí y las ONG saudíes para promover la ideología wahabí en todo el mundo", ha recalcado.
Así, ha dicho que "esto está pasando en Europa, donde la tercera o cuarta generación envía terroristas a Siria". "Nunca vivieron en la región, no hablan árabe, y quizá no han leído el Corán, pero son extremistas porque se ha permitido que la ideología wahabí se infiltre en Europa", ha argumentado.
LA OPOSICIÓN Y LAS NEGOCIACIONES
En otro orden de cosas, Al Assad se ha mostrado dispuesto a hablar con los grupos opositores, si bien ha dicho que "la pregunta principal es quién influirá sobre los terroristas".
"No se trata de con quién puedo negociar, la pregunta es quién es influyente, quién puede cambiar la situación", ha afirmado, resaltando que "hay nuevos partidos (opositores con los que negociar), aunque no todos tienen escaños en el Parlamento".
"Imaginemos que me siento con ellos, opositores de dentro y fuera de Siria, ya sean patriotas o relacionados con otros países, y acordamos que algo es bueno para Siria. ¿Quién influirá sobre los terroristas?", se ha preguntado.
LA IMPORTANCIA ESTRATÉGICA DE ALEPO
Por otra parte, ha destacado la importancia de la ofensiva militar contra Alepo, afirmando que, como segunda ciudad más importante del país, tiene un papel clave en el futuro del conflicto.
"Tiene papel político, estratégico y nacional. Desde el punto de vista estratégico, será la plataforma para avanzar a otras zonas y liberar otras áreas de los terroristas", ha remachado.
Alepo, la segunda ciudad más importante del país, se encuentra dividida en sectores controlados por las fuerzas gubernamentales y por diversos grupos rebeldes.
Los intensos bombardeos que se han sucedido desde el fin de la tregua a mediados de septiembre han dejado unos 500 muertos desde entonces, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El Ejército de Siria advirtió la semana pasada a los rebeldes y sus familias que abandonen el este de la localidad de Alepo, advirtiendo de que, los que no lo hagan harán frente a "un destino inevitable".
Unas 275.000 personas estarían atrapadas en el este de Alepo, rodeadas por las fuerzas gubernamentales y con serios problemas de abastecimiento tanto de alimentos como de medicamentos.