Archivo - Refugiados sudaneses en Egipto - Lobna Tarek/Dpa - Archivo
MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Más de 114 millones de personas viven fuera de sus hogares como desplazados internos o refugiados, según un informe de la ONU que constata los efectos del auge de conflictos como los de Ucrania, Sudán o República Democrática del Congo y que no incluye los efectos de la guerra abierta entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que ha obligado a más de un millón de palestinos a abandonar sus hogares en la Franja de Gaza.
Los datos recogidos por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) recogían menos de 109 millones de desplazamientos forzosos al cierre de 2022, pero a finales de junio de 2023 el dato ya rondaba los 110 millones y la tendencia sigue ahora al alza, con las estimaciones actualizadas hasta el término de septiembre.
El jefe de ACNUR, Filippo Grandi, ha reconocido que ahora el mundo tiene sus ojos puestos en la "catástrofe humanitaria" de Gaza, pero ha querido recordar que "muchos conflictos están proliferando o empeorando, devastando vidas inocentes y expulsando a la gente". "La incapacidad de la comunidad internacional para resolver los conflictos o impedir que haya otros nuevos conduce a desplazamiento y miseria", ha advertido.
A situaciones de conflicto se suman también contextos de graves carencias, como pueden ser la concatenación de sequías, inundaciones e inseguridad en Somalia o la prolongada crisis humanitaria bajo la que vive Afganistán.
Más de la mitad de las personas que abandonan sus hogares no llegan a cruzar a otro país y, quienes sí atraviesan alguna frontera, recalan principalmente --en un 75 por ciento-- en países de renta media o baja. En todo el mundo, se han presentado 1,6 millones de solicitudes de asilo en la primera mitad del año, una cifra sin precedentes desde que hay estadísticas.
Grandi ha incidido en que la falta de perspectivas de paz hace que, para muchos de los desplazados, volver "parezca lejano". Apenas unos 404.000 refugiados han vuelto a sus casas entre enero y junio, aunque ACNUR admite que no siempre en condiciones seguras, mientras que el retorno de desplazados internos rondó los 2,7 millones.