GINEBRA, 18 Mar. (Reuters/EP) -
Multitud de familias de Benghazi abandonaron a lo largo del jueves esta ciudad del este de Libia y otras zonas controladas por los rebeldes en dirección a Egipto, si bien las agencias humanitarias no hablan de un éxodo masivo a medida que avanzan las tropas leales al mandatario Muamar Gadafi. No obstante, este flujo está siendo mayor que los vividos desde que comenzaron las refriegas en el país magrebí.
"Estamos viendo a un elevado número de libios marchándose", ha dicho la portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Sybella Wilkes. "Algunos están abandonando Benghazi porque dicen tener miedo de que sea bombardeada y la carretera hacia la frontera podría ser bloqueada", ha adelantado.
El miércoles fueron unos 1.500 los libios que pudieron cruzar a Egipto, a los que habría que sumar cientos de empleados egipcios y personas de otras nacionalidades. El día antes, más de 1.200 libios entraron en el país vecinos. "Estamos viendo a muchas más familias salir", ha precisado.
Mientras, el Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) asegura tener informaciones sobre combates en torno a Ajdabiya, un pueblo estratégico de la costa. De esta forma suscriben la información facilitada por la cadena panárabe Al Arabiya, que habla de al menos 30 personas --entre mujeres, niños y ancianos-- muertos a consecuencia de las refriegas en esta población. Los empleados del CICR aseguran que el miércoles fueron expulsados de Benghazi y la semana pasada de Ajdabiya.
El portavoz de CICR Marcal Izard asegura que por el momento no se está produciendo "un gran movimiento en masa de desplazados hacia la frontera", que es uno de los escenarios previstos. La organización independiente mantiene a parte de su personal en sus instalaciones de Tobruk (costa este), pero la mayoría se dirige a la cercana frontera con Egipto por razones de seguridad.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado la resolución que permite establecer una zona de exclusión aérea en el país árabe, lo que ha arengado los ánimos en los territorios controlados por la insurgencia.