MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
El número de solicitantes de asilo que atraviesa la frontera desde Estados Unidos a Canadá ha aumentado exponencialmente, hasta casi triplicarse, desde que entró Donald Trump en la Casa Blanca. No obstante, el Gobierno canadiense ha señalado que aun así se trata tan sólo de una parte de las entradas registradas en el país.
El pasado mes de marzo, la Policía Montada de Canadá interceptó a 887 personas tratando de cruzar por algún punto fronterizo, cifra que supera a los 658 de febrero y que casi triplica a la alcanzada en enero, 315, cuando Trump asumió el cargo de presidente de Estados Unidos.
Esto eleva a 1.860 el número total de personas que han entrado de forma ilegal en el país para solicitar asilo, según ha recogido la cadena canadiense CBC.
El portavoz del Ministerio de SEguridad Pública, Ralph Goodale, ha señalado que la gran mayoría de los migrantes que llegan a Canadá lo hacen después de haber planeado y gestionado su traslado de forma concreta, y que la cifra de solicitantes que llegan de forma espontánea es impredecible, aunque mucho menor.
"Se trata de personas que sienten que están en peligro o que corren algún tipo de riesgo, y que una vez que entren en Canadá, sea cual sea el medio por el que lo hagan, solicitan asilo para su protección personal", ha explicado, matizando que representa "sólo una pequeña parte" de los recién llegados al país, y que, además, no afectan de ningún modo al sistema habitual del país.
No obstante, sí ha dejado claro que "intentar cruzar la frontera de forma irregular" no les otorga "una entrada libre" al país, ya que una vez dentro de Canadá, la Policía los detiene para determinar sus identidades, realizar controles sanitarios e investiga el historial de cada uno, tanto en las bases de datos nacionales como internacionales.