COYUCA DE CATALÁN (MÉXICO), 8 (Reuters/EP)
El Ejército mexicano se enfrenta a una complicada lucha contra la producción de opio, que ha aumentado debido a su demanda en Estados Unidos, ya que cada vez más bandas criminales se disputan el control de las tierras con amapola.
Los narcotraficantes han invadido el estado de Guerrero, en el sur de México, y han desatado una guerra en los valles montañosos donde se extiende la pobreza.
Según el coronel Isaac Jesús, que dirige un batallón en Ciudad Altamirano, la violencia aumentó en 2015, cuando entró en la zona una tercera banda criminal, 'Los Viagras', para controlar el negocio. "Empezó hace dos años. Comenzaron a generar esta violencia para acaparar la producción de la droga", ha señalado.
El coronel considera que existe un vínculo directo entre la creciente violencia en México y el consumo de heroína en Estados Unidos, que causó la muerte de casi 13.000 personas en 2015. "El incremento de los consumidores en Estados Unidos ha sido exponencial para este tipo de drogas, ya que el efecto colateral viene a darse aquí porque hay mayor demanda", ha señalado el coronel.
En la última década, el consumo de heroína en Estados Unidos se ha multiplicado por cinco veces y la adicción a esta droga se ha triplicado, con las mayores diferencias entre personas blancas y hombres con bajos ingresos.
Casi a diario se descubren cadáveres en todo el estado de Guerrero, arrojados en caminos o enterrados en fosas clandestinas. Además, el alcalde de Ciudad Altamirano fue asesinado en 2016 y un periodista también murió en marzo de este año.