MADRID, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -
El número de rohingya que ha cruzado la frontera entre Birmania y Bangladesh desde el 25 de agosto huyendo de las operaciones de las fuerzas de seguridad ha ascendido a 389.000, según ha informado este jueves el portavoz de la Secretaría General de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric.
"Las cifras actuales sumadas a los desplazados de la última ola de violencia de octubre del año pasado indican que alrededor de un 40 por ciento de la población total rohingya del estado de Rakhine ha huido a Bangladesh", ha recalcado.
Según los datos de la ONU, sólo en las últimas 24 horas han llegado a la zona de Cox's Bazar cerca de 10.000 personas.
Dujarric ha apuntado que el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se encuentra ayudando a los recién llegados con servicios de agua y saneamiento y entregando kits de higiene para los niños, que constituyen el 60 por ciento de los desplazados.
Este mismo jueves, UNICEF ha alertado de la falta de suministros para atender a los miles de rohingya que llegan a Bangladesh, recalcando que está llevando a cabo un aumento "masivo" de sus operaciones de emergencia.
"Hay carencia aguda de todo, principalmente cobijo, comida y agua potable", ha alertado el director de UNICEF en Bangladesh, Edouard Beigbeder.
"Las condiciones sobre el terreno ponen a los niños en alto riesgo de sufrir enfermedades a causa del agua contaminada. Tenemos por delante una tarea monumental para proteger a estos niños extremadamente vulnerables", ha dicho.
UNICEF ha pedido 7,3 millones de dólares (cerca de 6,1 millones de dólares) para dar ayuda de emergencia a los niños rohingya durante los próximos cuatro meses.
El miércoles, el secretario general de la ONU, António Guterres, reclamó a las autoridades birmanas que pusieran fin a sus operaciones militares y a la violencia y reconocieran el derecho de retorno de todos los que han tenido que huir del país.
LA CRISIS EN RAJINE
Desde el 25 de agosto, más de 300.000 musulmanes rohingyas han huido del estado birmano de Rajine a Bangladesh, por la ola de violencia que comenzó con una serie de ataques de milicianos rohingyas contra las fuerzas de seguridad birmanas y una contraofensiva militar que ha dejado al menos 400 muertos.
"Hemos recibido múltiples informes e imágenes vía satélite de las fuerzas de seguridad y de milicias locales quemando aldeas rohingyas y testimonios sólido de asesinatos extrajudiciales, incluidos disparos contra civiles que huyen", afirmó el Alto Comisionado de la ONU.
Al Hussein mencionó informaciones que señalan que las autoridades birmanas han comenzado a colocar minas terrestres en la frontera con Bangladesh y que van a exigir a los refugiados que retornen "pruebas de ciudadanía".
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos recordó que los rohingyas llevan décadas despojados de sus derechos civiles y políticos, también de los derivados de la ciudadanía.
En 2016, la oficina de Al Hussein publicó un informe basado en entrevistas a rohingyas que huyeron a Bangladesh por otra operación militar birmana que, según el alto comisionado, ya "sugería" que había ataques "generalizados y sistemáticos" contra los rohingyas, llegando a alcanzar "posiblemente" la consideración de "crímenes contra la Humanidad".
Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el Gobierno birmano no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.