Aumentan a casi 18.000 los muertos en la Franja de Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí

MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

El Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza, controlado por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), tiene ya registradas casi 18.000 víctimas mortales como consecuencia de la ofensiva militar lanzada hace dos meses por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sobre el enclave palestino.

En concreto, las autoridades gazatíes han elevado este domingo a 17.997 el balance provisional de fallecidos, mientras que la cifra de heridos asciende a 49.229. Sólo en las últimas 24 horas se ha contabilizado 297 muertos y 1.149 heridos más y el dato previsiblemente seguirá subiendo, dado que continúan los ataques.

Un portavoz del Ministerio de Sanidad gazatí, Ashraf al Qudra, ha denunciado 21 "masacres" en las que "han muerto familias enteras". Uno de estos ataques sería contra el Hospital Kamal Adwan, en el norte de la Franja de Gaza, donde murieron dos pacientes y decenas de personas resultaron heridas dentro del hospital.

"Los continuos bombardeos y ataques contra civiles dejan muchas víctimas inocentes, la mayoría de las cuales son niños y mujeres", ha denunciado el director general del Hospital Nasser, en Jan Yunis, Atef al Hut, que ha denunciado las "matanzas, el hambre y el desplazamiento" forzoso de civiles.

También ha acompañado a Al Qudra el jefe del departamento de urgencias del Hospital Nasser, Mohamed Qandil, quien ha advertido que el centro está lleno de heridos y que las urgencias están totalmente coplapsadas ante la enorme cantidad pacientes.

Las autoridades de Hamás, así como Naciones Unidas y otras organizaciones presentes sobre el terreno, han acusado a las fuerzas israelíes de bombardear zonas civiles e instalaciones teóricamente protegidas por el Derecho Internacional, como hospitales y escuelas. Desde el inicio de la actual escalada, sólo 618 heridos o enfermos han podido salir de la Franja a través del paso de Rafá, según el Ministerio.

Israel lanzó la ofensiva sobre Gaza como respuesta a unos atentados que dejaron el 7 de octubre en suelo israelí unos 1.200 muertos y que también han derivado en un cruce de ataques prácticamente diario en la frontera con Líbano, donde tiene presencia la milicia chií Hezbolá.