Actualizado: miércoles, 23 diciembre 2015 21:03


DIYARBAKIR, 23 Dic. (Reuters/EP) -

Los enfrentamientos entre el Ejército turco y los milicianos kurdos se han intensificado este miércoles en la ciudad de Diyarbakir, en el sureste del país, después de que milicianos del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK) detonaran una bomba que mató a un soldado e hirió a otros siete, entre ellos un civil, según han señalado fuentes de seguridad.

La semana pasada, las fuerzas de seguridad turcas iniciaron varios operaciones sobre el sureste del país, respaldadas con tanques y miles de tropas, con las que el presidente, Recep Tayyip Erdogan, pretende cumplir su promesa electoral --tras la victoria de su formación en los comicios de noviembre-- de "erradicar" a los rebeldes.

El Gobierno centra su ofensiva en Silopu y Cizre, dos regiones fronterizas con Irak y Siria, aunque Nusaybin y Dargecit, en la región de Mardin, también son foco de fuertes ataques.

Según cifras aportadas por el prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP), al menos 24 civiles han muerto durante los ataques, mientras que los medios estatales han señalado que 168 milicianos del PKK han muerto en los últimos ocho días en seis ciudades del sur.

Las regiones del sur de Turquía, de mayoría kurda, se han visto envueltas desde julio en un nuevo enfrentamiento tras dos años de alto el fuego, que abrieron un paréntesis en un conflicto que se extiende en la zona desde hace más de tres décadas y que se ha cobrado 40.000 víctimas.

Pero esta vez, el PKK ha trasladado la batalla a los pueblos y ciudades, levantando barricadas y construyendo trincheras para mantener alejadas a las fuerzas de seguridad de Ankara. Una batalla en la que los civiles también se han convertido en objetivos.

El Gobierno ha respondido con toques de queda policiales y operaciones, pero el fuego diario ha obligado a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares y cerrar los colegios, dejando tras de sí escombros en las calles.

Erdogan y el primer ministro, Ahmet Davutoglu, han sugerido que no se relajará el ritmo de la campaña. "Un puñado de bandidos que dicen estar defendiendo a la gente están quemando, dañando y aterrorizando la región (...) No les hemos dado permiso para ello, ni se lo daremos", ha afirmado Davutoglu en Ankara.

El primer ministro también ha criticado al líder de los prokurdos del HDP, Selahattin Demirtas, que ha mantenido un encuentro con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, este miércoles en Moscú. La visita probablemente dañe la ya de por sí maltrecha relación entre Turquía y Rusia, después de que un avión ruso fuera derribado en la frontera siria el mes pasado.

El PKK, que lanzó su campaña separatista en 1984, ha sido identificado como grupo terrorista por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea.

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