Damasco asegura haber "repelido" un "gran asalto en un frente amplio" por parte de "terroristas" liderados por HTS
MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
La ofensiva a gran escala lanzada el miércoles por diversos grupos rebeldes, encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS), contra el Ejército de Siria en la provincia de Alepo (norte) deja hasta ahora más de 130 muertos, entre ellos alrededor de 50 militares, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El organismo, con sede en Londres e informantes en el país árabe, ha señalado que los combates desatados tras la ofensiva 'Disuasión a la Agresión' se han saldado hasta ahora con 132 muertos en menos de 24 horas, entre ellos 65 miembros de HTS y 18 de facciones integradas en el rebelde Ejército Nacional.
Asimismo, ha subrayado que los rebeldes han logrado importantes avances en la provincia de Alepo, tomando localidades como Dadij, Arnaz y Kafr Batij y aproximándose a varios kilómetros de la capital provincial, la homónima Alepo, en la primera ofensiva a gran escala desde 2020.
Las autoridades sirias han confirmado este jueves los combates en la zona y ha acusado a "organizaciones terroristas armadas" encabezadas por HTS de lanzar "un gran ataque en un frente amplio", sin pronunciarse sin embargo sobre posibles bajas entre sus fuerzas, según un comunicado publicado por el Ministerio de Defensa sirio en su cuenta en la red social Facebook.
En este sentido, ha afirmado que "una gran cantidad de terroristas con armas medias y pesadas" han atacado "pueblos" y "puestos militares" en la provincia de Alepo, al tiempo que ha asegurado que las Fuerzas Armadas "han repelido" la ofensiva, si bien ha reconocido que los combates continúan en la zona".
"Las organizaciones terroristas que están detrás del ataque han sufrido grandes pérdidas de equipo y vidas. Nuestras fuerzas se enfrentan a las organizaciones terroristas con distintos medios de fuego y en cooperación con fuerzas amigas", ha señalado el Ministerio de Defensa sirio, sin más detalles al respecto.
Sin embargo, las autoridades de Siria estarían haciendo referencia de esta manera a la participación de aviones de Rusia en los esfuerzos para repeler la ofensiva, dado que Moscú ha apoyado desde hace cerca de una década a Damasco en su lucha contra diversos grupos rebeldes tras el estallido de la guerra civil en 2011.
Por su parte, el Gobierno de Salvación Nacional, unas autoridades paralelas 'de facto' instauradas en 2017 a propuesta de HTS --una organización terrorista heredera del Frente al Nusra, otrora filial de Al Qaeda-- en las zonas bajo su control en Idlib y partes de Hama y Alepo, ha destacado que sus fuerzas han "liberado" cerca de 110 kilómetros cuadrados de territorio.
El titular de la cartera de Información en estas autoridades rebeldes, Mohamad al Omar, ha descrito la ofensiva como "una justa batalla de liberación" frente al "régimen" del presidente sirio, Bashar al Assad, antes de denunciar la "guerra psicológica" de Damasco para "forzar a sus soldados a seguir enfrentándose a su familia y a su pueblo".
"El régimen de Al Assad forzó a millones de personas a huir y buscar refugio en el noroeste de Siria. Esta batalla es un derecho legítimo para todos los sirios que buscan recuperar sus tierras y su dignidad frente a la injusticia y la criminalidad del régimen", ha manifestado Al Omar, según un comunicado publicado por el Gobierno de Salvación Nacional en su cuenta en Telegram.
En este sentido, ha acusado a Damasco de "distorsionar la imagen de los revolucionarios y presentarlos como monstruos que buscan asesinar y destruir sin piedad con el objetivo de reclutar al mayor número de jóvenes sirios en las filas de su Ejército en colapso", antes de prometer que los rebeldes buscan "construir una Siria digna alejada de la tiranía y la opresión".
La ofensiva de los rebeldes habría permitido a estos grupos aproximarse a una distancia de unos cinco kilómetros de Alepo e incluso tomar una importante base militar usada por el 46º Regimiento del Ejército de Siria, tras irrumpir a través de la 'línea de contacto' fijada en el alto el fuego de marzo de 2020.
Además, llega ante el reciente aumento de los bombardeos por parte de Siria y Rusia contra zonas controladas por los rebeldes en la zona del sur de Idlib y ante el aumento del despliegue de militares por parte de Damasco cerca de las líneas de frente, en previsión a una posible ofensiva terrestre en la zona.
El asalto es el primero a gran escala desde que los presidentes de Rusia y Turquía, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, respectivamente, anunciaran el citado alto el fuego tras meses de combates. Moscú es uno de los principales apoyos internacionales del presidente sirio y su intervención militar en 2015 permitió a las fuerzas gubernamentales repeler los avances rebeldes y estabilizar los frentes.