ESTAMBUL, 8 Mar. (Reuters/EP) -
Cada vez son más los refugiados sirios que entran en Turquía tras huir de su país, un incremento que se ha notado especialmente en los últimos días a causa de la ofensiva de las fuerzas gubernamentales sirias contra el barrio de Baba Amro, en la ciudad de Homs, según han informado las autoridades turcas.
Cerca de 12.000 sirios se han registrado en los campamentos instalados para ellos en la provincia de Hatay, en el sureste de Turquía. Durante la última semana han llegado unos 800, según un responsable del Ministerio de Asuntos Exteriores turco.
"Cuando vieron lo que había ocurrido en Baba Amro, temieron que les pudiera suceder lo mismo a ellos. Por eso están intentando salir del país", ha explicado la fuente por teléfono a la agencia Reuters desde Antakya, la capital de Hatay.
El responsable ha añadido que cada día llegan a Turquía entre 150 y 200 sirios, más de tres veces la cifra media de llegadas registradas desde finales del año pasado. Sin embargo, la cantidad real seguramente es mayor, ya que muchas personas entran en el país de manera ilegal para refugiarse en casas de amigos o familiares en vez de acudir a los campos de refugiados.
Durante el último año, el Gobierno turco se ha enemistado con el presidente sirio, Bashar al Assad, a causa de la brutal represión que éste está ejerciendo contra la oposición.
Un hombre sirio de 38 años que vive en el campamento de Boynuyogun ha señalado que está llegando "mucha gente", incluidos mujeres y niños. "Vienen porque tienen miedo del Ejército sirio", ha afirmado. Este hombre salió de Siria hace varios meses para huir de la situación de violencia en que estaba sumida su ciudad, Jisr al Shughour, pero viaja a su país de vez en cuando para llevar alimentos y armas a sus amigos sirios.
"El Ejército está disparando contra todo; contra comercios, contra personas, cualquier cosa", ha asegurado. "La gente me dice que los comandantes están ordenando a los soldados que disparen contra cualquier persona", ha indicado el refugiado, que ha añadido que en las casas ya no hay agua ni electricidad y tampoco funcionan las líneas de telefonía móvil.