BANGKOK, 1 Feb. (Reuters/EP) -
Tailandia ha dejado en manos de un tribunal penal la extradición a su país natal del futbolista bahreiní Hakeem Al Araibi, mientras el Gobierno australiano que acogió al deportista y la FIFA intentan obstaculizar la decisión al estar convencidos de que Araibi será torturado si es devuelto al país árabe, como ya ocurrió cuando tuvo que escapar de allí en 2014.
Araibi fue condenado a 10 años de cárcel 'in absentia' después de que un tribunal de Bahréin le hallara culpable de atacar una comisaría. El futbolista niega todos los cargos y asegura que estaba disputando un partido en el momento del incidente.
El deportista asegura que no pertenece al movimiento insurgente bahreiní que emergió durante las revueltas internacionales de la Primavera Árabe en 2011, pero su hermano sí es considerado como un destacado activista opositor y los abogados del deportista temen que su deportación podría funcionar como un mecanismo de presión contra los críticos en el país.
El caso de Araibi es especialmente complicado porque fue detenido durante su luna de miel en virtud de una orden de detención de la Interpol posteriormente rescindida.
Pese a ello, Tailandia se considera justificada para seguir adelante con el procedimiento, al considerar que el caso del futbolista "no es político, sino criminal", según el director del departamento de asuntos internacionales de la Fiscalía tailandesa, Chatchom Akapin.
"Bahréin dice tener pruebas de que Hakeem es un delincuente y tiene que comparecer ante un tribunal, y sus autoridades nos han asegurado que no correrá ningún peligro de que pueda regresar y presentar su caso ante un tribunal", ha añadido.