Auckland, NUEVA ZELANDA, 17 Oct. (Reuters/EP) -
El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, ha tratado de relajar las tensiones existentes entre Canberra y Wellington en torno a la difícil situación de una serie de neozelandeses detenidos en centros australianos o que se enfrentan a una posible deportación según las estrictas reglas de inmigración del país.
En su primera visita a Nueva Zelanda como primer ministro, Turnbull ha asegurado que no modificará la legislación, pero se ha comprometido a acelerar los procesos de apelación.
Los medios sostienen que 160 neozelandeses han sido deportados este año, y que otros 196 están en centros de detención, entre ellos algunos en unas instalaciones en la Isla de Navidad, en el océano Índico. Además, cerca de un millar se enfrenta a ser deportado.
Según la normativa de inmigración australiana, destinada a impulsar la seguridad nacional y a desincentivar la llegada de solicitantes de asilo que llegan por mar, Australia ha establecido centros de detención frente a la costa de la Isla de Navidad, así como en otras naciones del Pacífico Sur, como Papúa Nueva Guinea o la isla de Nauru.
"El número de neozelandeses cuyo visado se ha denegado ha sido lato porque la ley se aprobó finales del año pasado pero ha entrado en vigor con retraso", ha asegurado el 'premier' australiano en una sesión informativa en Auckland, tras mantener una conversación con su homólogo neozelandés, John Key.
"Por eso estos números irán reduciéndose y ubicándose en una cifra más baja de cara al futuro", ha indicado Turnbull, que el mes pasado derrotó al entonces primer ministro, Tony Abbott, convirtiéndose así en el cuarto líder del país en sólo dos años.
CANCELACIÓN DE VISADOS
La legislación australiana introdujo el año pasado una nueva regulación para que los residentes en Australia puedan ver cancelados sus visados en caso de que cometan un delito grave, suficiente como para recibir una pena de prisión de 12 meses o más. Sin un visado válido, los residentes suelen acabar en centros de detención antes de ser deportados.
Actualmente hay más de medio millón de neozelandeses viviendo en Australia, muchos de ellos tras haber pasado allí la mayor parte de sus vidas.