VIENA, 14 Nov. (Reuters/EP) -
El canciller de Austria, Sebastian Kurz, ha subrayado este miércoles que Viena no expulsará de forma unilateral a diplomáticos rusos en el marco del caso en el que un coronel austriaco sospechoso de espiar a favor de Moscú durante 26 años.
"No habrá acciones unilaterales de Austria en esta dirección", ha dicho, tras ser preguntado en rueda de prensa sobre posibles expulsiones, al tiempo que ha citado la política de neutralidad del país.
"La relación entre Rusia y la Unión Europea (UE) es discutida de forma regular en foros europeos. Ahí es donde pertenece este debate", ha señalado, antes de recalcar que el espionaje sobre cualquier país es inaceptable.
Así, ha manifestado que el caso del coronel "no llevará a una mejora de las relaciones entre la UE y Rusia", si bien ha recalcado que "pese a ello, Austria cree que un canal de comunicación con Rusia es importante".
Austria tampoco expulsó a diplomáticos rusos en respuesta al envenenamiento con agente nervioso del antiguo espía Sergei Skripal y su hija Yulia en la localidad británica de Salisbury. Londres acusó a Moscú de lo sucedido.
Las palabras de Kurz han llegado un día después de que un tribunal austriaco rechazara la petición de la Fiscalía para mantener bajo custodia hasta la celebración de juicio al citado coronel.
Kurz reclamó el viernes a Rusia explicaciones "transparentes". "Si la sospecha se confirma, este tipo de casos, independientemente de que tenga lugar en Países Bajos o en Austria, no mejoran las relaciones entre Rusia y la Unión Europea", lamentó.
Como primera medida de represalia, Viena convocó el encargado de negocios ruso y anuló la visita que tenía previsto realizar a Moscú su ministra de Exteriores, Karin Kneissl, que precisamente generó polémica al invitar a su reciente boda al presidente ruso, Vladimir Putin, con quien incluso bailó.
El espionaje se habría iniciado en la década de los noventa y se habría prolongado hasta 2018, según el canciller austriaco, que no reveló más detalles del oficial que figura en el centro de este supuesto escándalo.
Las autoridades no se percataron de la fuga de información hasta hace unas semanas, gracias a un chivatazo de un servicio de Inteligencia extranjero y a la incautación de varios "equipos técnicos", entre ellos un ordenador portátil.
Por su parte, el Gobierno de Rusia, como suele ser habitual en este tipo de casos, se desmarcó de la polémica convocó al embajador austriaco para pedir explicaciones por las sospechas lanzadas públicamente este viernes por el Gobierno de Kurz.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo estar "sorprendido" por las informaciones que han llegado desde Viena y que se suman a una reciente ola de críticas en Europa por las presuntas injerencias o espionajes de Moscú.