KABUL, 26 May. (Reuters/EP) -
La designación del mulá Hebatulá Ajundzada como nuevo líder de los talibán ha supuesto el ascenso de un clérigo representante del ala más dura de la insurgencia, según los análisis realizados por representantes del Gobierno que asumen una negativa frontal al posible diálogo de paz.
Un día después de que los talibán reconociesen la muerte del mulá Ajtar Mansur y anunciasen el nombre de su sustituto, varios altos cargos han dibujado el perfil de Ajundzada, considerado un candidato de consenso tras las evidentes discrepancias en la anterior sucesión.
Como uno de los principales jueces de la organización, aplicó una estricta visión de la 'sharia' o ley islámica y dictó varias penas de muerte contra detractores de Mansur, según el jefe de la Policía de Kandahar, Abdul Razeq.
Ajundzada, de hecho, ha heredado enemistades, ya que ha recibido críticas de las facciones internas que ya se habían opuesto al anterior líder talibán. Un portavoz del mulá Mohamad Rasool, Abdul Manan Niazi, no olvida que ordenó ejecutar "a todos los que rechazasen al mulá Mansur como líder".
SIN CAMBIOS
Un asesor presidencial, Haji Agha Lalai, ha apuntado que Ajundzada "es un mero clérigo religioso", por lo que en el campo de batalla dependerá de las decisiones que adopte su 'número dos', Sirajuddin Haqqani --líder de la temida red Haqqani--.
Ni el Gobierno afgano ni la OTAN ha detectado movimientos que anticipen una nueva escalada de violencia. En este sentido, un portavoz de la misión de la Alianza, Charles Cleveland, ha reconocido que, por el momento, "todo es especulación", si bien no espera "cambios significativos" en materia militar a corto plazo.
Lalai ha advertido de que el nuevo líder talibán no tiene las habilidades políticas necesarias como para variar la actual dirección y, por tanto, no podría dar orden de iniciar un diálogo de paz aunque quisiera. "Los talibán sólo le respetan porque es un hombre pío", ha explicado.
El Gobierno de Pakistán, sin embargo, ha abogado por mantener los contactos que implican también a Afganistán, Estados Unidos y China y en los que se examina la posibilidad de relanzar el proceso de paz con los talibán. Un asesor de política exterior, Sartaj Aziz, ha reconocido que ahora deben realizar "una evaluación colectiva sobre cómo avanzar en el proceso".