SOFÍA 20 Sep. (Reuters/EP) -
Las fuerzas de seguridad búlgaras han detenido a 137 extranjeros en la capital, Sofía, en una redada cuyo objetivo es combatir la inmigración ilegal, el último de una serie de esfuerzos que ha llevado a cabo el país por abordar la crisis migratoria que se presenta como un desafío en la región balcánica.
Los inmigrantes, que aseguraron ser de Siria, han sido detenidos tras una operación llevada a cabo por la agencia de seguridad estatal (SANS), gendarmería y Policía fronteriza en la noche del viernes, según ha informado el Ministerio del Interior en un comunicado difundido el sábado.
El Ministerio sostiene que los refugiados, que fueron detenidos tras hacer comprobaciones en hosteles y pequeños hoteles de la capital, tendrán que ser interrogados. Todavía tiene que deteminarse cómo lograron entrar en el país y si podrán acceder al estatus de refugiado.
A comienzos de este mes, Bulgaria detuvo a otros 125 inmigrantes en Sofía por entrar en el país de forma ilegal sin presentar las pertinentes solicitudes de asilo.
El estado del mar Negro, miembro de la Unión Europea pero excluido de la zona de Schengen, ha desplegado efectivos adicionales de la Policía fronteriza, ha instalado cámaras de vigilancia y sensores de movimiento y está extendiendo una valla de seguridad para cubrir unos 160 kilómetros de la frontera que comparte con Turquía. Sin embargo, los inmigrantes siguen llegando al país.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ha anunciado un plan para enviar soldados para reforzar los controles a lo largo de las fronteras a medida que el flujo migratorio desborda a los países vecinos, asegurando que hasta un millar de soldados podrían respaldar a la Policía fronteriza si fuera necesario.
El primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, ha asegurado que las fuerzas búlgaras de seguridad están en constante contacto con las autoridades turcas, mientras decenas de miles de inmigrantes, en su mayor parte huyendo de la guerra civil en Siria, intentan llegar a Europa Occidental a través de sus vecinos Macedonia y Serbia, ninguno de ellos miembro de la UE.