MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de la región canadiense de la Columbia Británica han anunciado este lunes un acuerdo histórico para proteger de la tala la mayoría del Bosque del Gran Oso, una amplia extensión de terreno que ocupa la mayor parte de la costa del Pacífico canadiense.
En concreto, el 85 por ciento del bosque --3,1 millones de hectáreas-- serán territorio vedado para la industria maderera en un acuerdo que incluye a la administración, a los nativos y a los ecologistas.
Sí se permitirá la explotación de la madera en las restantes 550.000 hectáreas, pero solo bajo unas condiciones consideradas como las más restrictivas de Norteamérica.
"Es un regalo para el mundo", ha defendido el coordinador de la campaña para defender el Bosque del Gran Oso de la organización ecologista Greenpeace, Richard Brooks, en declaraciones a la televisión pública canadiense, CBC.
El acuerdo es el resultado de diez años de negociaciones tras el enfrentamiento entre la población originaria y las empresas madereras que provocó incluso un boicot internacional a los productos procedentes de la zona. Ecologistas y madereras acordaron en 2001 paralizar tanto el boicot como la tala hasta que se resolviera el conflicto.
El Bosque del Gran Oso comienza en la frontera con el sur de Alaska y se extiende por toda la franja costera hasta la altura de la isla de Vancouver, en el sur de la costa canadiense del Pacífico. Es uno de los pocos bosques del mundo que no se han visto afectados gravemente por la actividad humana y alberga todo tipo de especies animales y vegetales, árboles centenarios, orcas y osos.
Precisamente el oso espíritu, una subespecie del oso negro que se caracteriza por tener el pelaje blanco o color crema, se ha convertido en el símbolo del Bosque del Gran Oso puesto que es una especie autóctona que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo.