MADRID, 6 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de la provincia iraquí de Anbar han desplegado varios contingentes de tropas este domingo en las fronteras con Siria y Jordania para detener la entrada de milicianos vinculados a Al Qaeda en la zona, donde se cumplen una semana de combates entre el Ejército y el grupo Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL).
Los comandos de operaciones Badiya y Yazira han sido desplegados en el valle occidental de Horán, apoyados por helicópteros, para atajar el flujo de entrada de milicianos del ISIS, según han confirmado fuentes de seguridad en un comunicado remitido a la agencia estatal de noticias iraquí, NINA.
En las últimas horas se habría intensificado la llegada de combatientes del ISIL a la provincia después de que la milicia vinculada a Al Qaeda perdiera varias de sus bases establecidas en Siria.
Por su parte, el líder del Consejo provincial de Anbar, Falé al Issawi, ha asegurado que la vida está recobrando la normalidad en las calles de la provincia tras la ofensiva lanzada por las fuerzas de seguridad iraquíes y los grupos tribales, secundados por el Ejército, contra los milicianos del ISIL.
No obstante, ha admitido que todavía hay combatientes islamistas en "algunas áreas como Faluya" pero ha aseverado que "limpiarán la provincia entera durante los próximos días", citado por NINA.
Las ciudades de Ramadi y Faluya se han convertido en el epicentro de las tensiones entre la comunidad suní y el Gobierno del primer ministro chií, Nuri al Maliki, a raíz de la violenta detención de un prominente diputado opositor y crítico con el Ejecutivo, y el desalojo de un consiguiente campamento de protesta.
Los milicianos del ISIL se hicieron el viernes con el control de Faluya y han logrado hacerse con fuertes posiciones en Ramadi, la capital de Anbar, donde el Ejército ha focalizado en las últimas horas sus bombardeos.