BEIRUT, 9 Nov. (Reuters/EP) -
Las autoridades de Líbano sospechan que Saad Hariri, que dimitió el sábado como primer ministro, se encuentra detenido en Arabia Saudí --país desde el que anunció su salida--, y han empezado a dar pasos para reclamar a otros países que garanticen su retorno, según un alto cargo del Gobierno libanés.
La inesperada dimisión de Hariri ha causado conmoción por las repercusiones que pueda acarrear para la frágil política libanesa, que apenas comenzaba a levantar cabeza tras aprobar sus primeros presupuestos generales en años. Aunque el entorno de Hariri y Riad lo han negado, hay quien sospecha que la mano saudí está detrás.
"Cuando fue (a Arabia Saudí), le pidieron que se quedara y le ordenaron que dimitiera. Le obligaron a leer su declaración de dimisión y ha permanecido bajo arresto domiciliario desde entonces", ha declarado a Reuters un alto cargo libanés cercano a Hariri.
El presidente de Líbano, Michel Aaoun, que debe en última instancia ratificar el cese, ha comenzado a hablar con diplomáticos extranjeros para tratar de "descubrir el misterio", según la cadena Al Manar, vinculada al partido-milicia chií, Hezbolá.
La fuente citada por Reuters ha añadido que la idea de Beirut es pedir a otros países de la región que presiones a Arabia Saudí para que "libere" a Hariri. "Mantenerlo con libertades restringidas en Riad es un ataque contra la soberanía libanesa", ha advertido.
En su discurso de dimisión, Hariri atacó a Irán y a Hezbolá y denunció que temía ser asesinado, tal como le ocurriese a su padre --también primer ministro-- en el año 2005.