Los voluntarios y los periodistas han sido desalojados del campo de madrugada
MADRID, 24 May. (EUROPA PRESS) -
Elena Sobrino, una médico pediatra que trabaja con Bomberos en Acción en Idomeni, ha denunciado que las autoridades griegas "llevan varios días estrangulando" la llegada de suministros a este campo de refugiados, hasta que en las últimas horas han procedido a desalojar las instalaciones, incluidos todos los voluntarios y la prensa.
"Llevan varios días estrangulando el suministro", ha asegurado Sobrino, en conversación telefónica con Europa Press desde Grecia. Estas restricciones a la entrada de alimentos han provocado que en los últimas días algunos refugiados comenzaran a abandonar las instalaciones de Idomeni.
La cooperante española, que presta atención médica a niños y bebés que están alojados en Idomeni, ha relatado que las autoridades griegas anunciaron el lunes por la tarde que había que abandonar el campo y por la noche obligaron a los voluntarios y a los periodistas a salir de las instalaciones.
"Desde hace varios días dijeron que a final de mes querían cerrar el campo de refugiados", ha contado, antes de recordar que Idomeni es el campo "extraoficial" que más refugiados acoge en Grecia, en el que ha llegado a haber "hasta 12.000 personas". Este lunes, según sus estimaciones, en Idomeni quedaban "no más de 3.000 o 4.000 personas" tras las restricciones y los "problemas" para la entrada de alimentos y material. "Desde que han ido estrangulando el suministro, mucha gente se va", ha señalado.
Ignacio Marin/Bomberos en Acción
Sobrino ha explicado que el lunes por la tarde las autoridades griegas comunicaron por megafonía que los refugiados debían abandonar las instalaciones para trasladarse a campos "oficiales" y pusieron más controles y trabas a la entrada de cooperantes, incluida su organización, que tiene una tienda de asistencia médica para los refugiados.
Sobrino, que es pediatra y neonatóloga, consiguió permiso para acceder al campo porque tenía que darle su medicación a una niña que tiene epilepsia y que ha sufrido crisis con convulsiones. "Nos dijeron que teníamos que ir andando y dar la medicación y salirnos", ha afirmado.
PRIMERO, VOLUNTARIOS Y PERIODISTAS
Una vez dentro, primero les advirtieron de que todos los "voluntarios" y los periodistas debían abandonar Idomeni y ya de madrugada, en torno a las 1.30 horas, agentes de "Policía secreta" les obligaron a salir a unos "20 o 30 voluntarios españoles" escoltándoles en los coches en los que se fueron.
"Nos fueron a buscar a las tiendas porque nosotros nos íbamos a quedar a dormir por asistir. Yo estaba pendiente de algunos bebés, de algunas tiendas donde había niños pequeños, un bebé de cuatro días, otro de un mes y una paciente que tenemos que conocemos y que estamos pendientes de ellos por si pasaba algo, para estar más atentos a esa gente", ha relatado.
"Cuando nos fuimos no había presencia militar. A partir de las 6 de la mañana ha habido muchísima Policía con muchos militares", ha señalado. Sobrino ha contado que los refugiados que trabajan como traductores para las organizaciones no gubernamentales se han quedado dentro del campo y que se están planteando qué hacer junto a sus familias. Además, ha denunciado que a uno de los traductores y a su familia les han robado la documentación y 1.500 euros.
Preguntada por el lugar al que están siendo trasladados los refugiados que han sido evacuados en autobuses, Sobrino ha dicho que desconocen a dónde se los llevan porque no les han informado aunque creen que el destino son los campos "oficiales". "En ACNUR están teniendo muchos problemas para saber dónde se van los autobuses", ha indicado, antes de dejar claro que las autoridades griegas "no están deportando a Turquía", ha asegurado.
La cooperante española ha advertido, sin embargo, de que los campos "oficiales" para refugiados que están cerca de Tesalónica y Atenas "se están saturando".
"La Policía fue por las tiendas buscándonos, era Policía secreta, y nos hicieron recoger las cosas, lo mínimo, y salir. Nos acompañaron hasta los coches escoltados y no se fueron hasta que salimos con los coches. Nosotros nos fuimos un grupo de como 30 o 40 españoles. Entonces les preguntamos que cuándo podíamos volver, que teníamos que ver a gente. No sabemos qué gente va a estar ahí y quién no", ha explicado.