Las autoridades de Tigray implican a organismos federales, regionales y a Eritrea en el desvío de ayuda

El PMA y la USAID han suspendido "temporalmente" la entrega de alimentos ante las sospechas de irregularidades

MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -

Las autoridades interinas establecidas en la región etíope de Tigray (norte) en el marco del proceso de paz abierto en noviembre de 2022 han indicado que miembros de las administraciones central y regional y del Ejército de Eritrea estarían implicados en el desvío de ayuda humanitaria, que ha llevado a la suspensión de varios programas durante los últimos meses.

Fiseha Kidane, coordinador del comité de investigación creado por las autoridades interinas, ha señalado en declaraciones a la cadena de televisión Tigray que en estos desvíos estarían también implicados coordinadores de varios campamentos de desplazados e incluso trabajadores humanitarios, sin que por ahora hayan trascendido identidades.

Así, ha explicado que hasta ahora se ha confirmado el desvío de 4.300 toneladas de trigo, cerca de 130.000 litros de aceite de cocina y 418.700 kilogramos de guisantes por parte de entidades federales, mientras que las fuerzas eritreas habrían desviado 2.900 toneladas de trigo, 43.000 litros de aceite de cocina y 144.000 kilogramos de guisantes.

Fiseha ha especificado que las autoridades regionales de Tigray han estado detrás del desvío de 1.500 toneladas de trigo, 42.759 litros de aceite de cocina y 14.240 kilogramos de guisantes, con un total de 186 sospechosos por su implicación en estas actividades, tal y como ha recogido el diario etíope 'Addis Standard'.

La Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID) anunció la semana pasada la suspensión de la entrega de ayuda humanitaria a Etiopía por sospechas de desvío, tras lo que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) afirmó que suspendía "temporalmente" la entrega de ayuda alimentaria.

Las informaciones apuntaban a que varios altos cargos etíopes estaban presuntamente entregando alimentos a militares o desviándolos para su posterior comercialización, en vez de entregarlos a la población civil, semanas después de unas acusaciones similares sobre actividades de desvío en la región de Tigray.

El conflicto en Tigray estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) contra la principal base del Ejército etíope, situada en Mekelle, tras lo que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo, incluida la negativa del TPLF a la hora de reconocer un aplazamiento electoral y su decisión de celebrar comicios regionales al margen de Adís Abeba.