ALEPO (SIRIA)/BEIRUT, 11 (Reuters/EP)
Las milicias kurdas respaldadas por Estados Unidos están recibiendo ayuda indirecta de una fuente improbable en su guerra contra Turquía en la región noroccidental de Afrin: la del presidente Bashar al-Assad.
Fuerzas progubernamentales y las fuerzas dirigidas por los kurdos se han enfrentado en otras partes de Siria, y Damasco, insistente en su idea de mantener su integridad territorial, se opone a las demandas de autonomía de los kurdos. En Afrin, sin embargo, tienen un enemigo común y un interés mutuo en bloquear los avances turcos.
Turquía, que considera a la milicia kurda de las Unidades de Protección Popular (YPG) en Afrin como una amenaza en su frontera sur, lanzó un ataque contra la región el mes pasado. Buscando proteger a Afrin, los kurdos pidieron a Damasco que enviara fuerzas a la acción para defender la frontera.
El Gobierno no ha dado señales abiertas de hacerlo pero está proporcionando ayuda indirecta al permitir que los combatientes, civiles y políticos kurdos lleguen a Afrin a través del territorio que posee, según han informado a Reuters representantes de ambos bandos.
La llegada de refuerzos probablemente sustente la resistencia kurda, atasque las fuerzas turcas y prolongue un conflicto que está minando los recursos de las potencias militares que rivalizan con él por el control del territorio sirio.
Para Estados Unidos, por otro lado, es otra complicación más en esta guerra de siete años y un recordatorio de cómo su aliado kurdo-sirio a veces debe hacer tratos con Al Assad incluso cuando construye lazos militares con los Estados Unidos.
Al carecer de protección internacional, las fuerzas lideradas por los kurdos en el norte de Siria dicen que han llegado a acuerdos con Damasco para permitir el envío de refuerzos a Afrin desde otras áreas dominadas por los kurdos: Kobani y la región de Yazira.
"Hay diferentes maneras de obtener refuerzos para Afrin, pero la ruta fundamental es a través de las fuerzas del régimen. Hay entendimientos entre las dos fuerzas ... por el bien de entregar refuerzos a Afrin", ha explicado Kino Gabriel, portavoz de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS)
Mientras que los kurdos dependen de Assad para llegar a Afrin, fuentes de la milicia dicen que también disfrutan de influencia sobre Damasco porque necesita su cooperación para obtener grano y petróleo de áreas del noreste bajo control kurdo.
Un comandante de la alianza militar que lucha a favod de Al Assad ha reconocido dijo que "los kurdos no tienen más opción que la coordinación con el régimen" para defender a Afrin.
"El régimen sirio está ayudando a los kurdos con apoyo humanitario y algo de logística, hace la vista gorda y permite que el apoyo kurdo llegue a algunos frentes", ha declarado el comandante, que habló bajo condición de anonimato.
LA CAMPAÑA TURCA SE RALENTIZA
El ejército turco y su operación militar 'Rama de Olivo' está ganando terreno a menor velocidad de la deseada. Ankara percibe a las YPG como una extensión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una insurgencia que lleva combatiendo tres décadas en Turquía y considerada como un grupo terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
El caso es que Estados Unidos ha confiado en el YPG como un componente vital en su guerra contra Estado Islámico, y ha respaldado al grupo en otras regiones gestionadas por los kurdos en el norte de Siria a lo largo de la frontera con Turquía. Pero las fuerzas de EEUU están en Afrin, por lo que no han podido proteger a la región del ataque de Turquía, su aliado de la OTAN.
Mientras tanto, los kurdos acusan a Rusia, aliada de Al Assad, de dar luz verde al ataque turco al retirar a los observadores que desplegó en Afrin el año pasado.
Y así, la guerra de Afrin marca otro giro en la historia complicada de las relaciones entre Al Assad y los grupos kurdos sirios, encabezados por las YPG, que han creado regiones autónomas en el norte de Siria desde que comenzó la guerra en 2011.
Las YPG, de hecho, controlan casi toda la frontera de Siria con Turquía. Pero Afrin está separada de la región más grande controlada por los kurdos más al este por una zona de 100 km de ancho controlada por el Ejército turco y sus milicianos sirios.
Durante gran parte de la guerra, Damasco y el YPG han evitado la confrontación, a veces luchando contra enemigos comunes, incluidos los grupos rebeldes que ahora están ayudando a Turquía a atacar Afrin.
Pero las tensiones han aumentado en los últimos meses, con Damasco amenazando con marchar hacia partes del este y el norte de Siria capturadas por las FDS con el apoyo de la coalición liderada por EEUU.
"El régimen ha permitido que las YPG traigan recursos a Afrin, mientras lo ataca al este del río Éufrates Creo que eso es indicativo del estado de las relaciones", ha declarado Noah Bonsey, analista sénior de International Crisis Group en Siria. "Todavía hay una brecha significativa entre el YPG y las posiciones del régimen en el futuro del noreste de Siria", ha añadido.