BEIRUT, 26 Mar. (Reuters/EP) -
El avance logrado por las fuerzas gubernamentales sirias en Ghuta Oriental ha provocado un agrio cruce de acusaciones entre las principales facciones rebeldes: Failaq al Rahman y Yaish al Islam.
La zona, controlada por las milicias insurgentes desde 2016, se encuentra ahora dividida entre estos grupos, enfrentados en un reflejo de la situación internacional en la zona: Arabia Saudí apoya a Yaish al Islam, mientras que Qatar respalda a Failaq al Rahman.
La ofensiva, que ha contado con la colaboración clave de la aviación rusa, se ha cobrado más de 1.600 vidas desde el 18 de febrero, según el balance del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización con sede en Londres, pero con una amplia red de informantes dentro del país.
Un portavoz de Yaish al Islam, Hamza Birqdar, ha asegurado en declaraciones a la televisión Al Hadath que Failaq al Rahman no accedió a coordinar la defensa de Ghuta Oriental y que cortó el suministro de agua, necesaria para anegar las trincheras, por lo que aceleró el avance de las fuerzas gubernamentales.
Por su parte, Failaq al Rahman ha denunciado en esa misma cadena que Yaish al Islam no ha resistido lo suficiente. "Failaq al Rahman ha sido apuñalada por la espalda (...), por los frentes que Yaish al Islam debía defender", ha afirmado un portavoz del grupo, Wael Olwan.
Un portavoz del Gobierno sirio ha destacado que el "conflicto entre los grupos terroristas" de Ghuta Oriental ha sido uno de los factores que ha facilitado que el Ejército "lograra lo que ha logrado en un corto espacio de tiempo".
La situación y los reproches son similares a los de otros momentos calve de la guerra como la ofensiva sobre el este de Alepo, tomada por las fuerzas del presidente Bashar al Assad en 2016.
Miles de milicianos de Failaq al Rahman y sus familias han salido de Ghuta Oriental en el marco de un acuerdo de evacuación hacia Idlib, en el norte de Siria. Yaish al Islam, por su parte, asegura que resiste en la parte de Ghuta que controla, en Duma, pero Rusia, aliada de Al Assad, ha asegurado este lunes que los milicianos de este grupo también están dispuestos a entregar las armas y marcharse, extremo que Yaish al Islam niega.
Tampoco Idlib, una región controlada por las milicias rebeldes, es ajena a estas disputas. Allí el grupo dominante es Tahrir al Sham, heredera del Frente Al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria. Los insurgentes también controlan una región de la frontera con Jordania e Israel y otros pequeños en claves en las provincias de Damasco, Homs y Hama.