La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. - Jean Marc Ferré/UN Photo/dpa
Publicado: martes, 14 junio 2022 13:49

Expresa su preocupación ante los intentos por parte del Ejército de "militarizar comunidades enteras"

MADRID, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha alertado este martes de que la situación de los Derechos Humanos en Birmania ha sufrido un "rápido deterioro" desde que se produjo el golpe de Estado en febrero de 2021 y ha denunciado la existencia de "tácticas sistemáticas" contra civiles, por lo que existen indicios de posibles crímenes de guerra en el país.

Así, ha lamentado que la población birmana "sigue estando atrapada en un círculo de pobreza y desplazamiento, abusos y violaciones de los Derechos Humanos" dado que aún sufre las consecuencias derivadas del golpe militar.

En un informe sobre la crisis birmana, Bachelet ha recordado que desde entonces al menos 1.900 civiles han muerto a manos del Ejército, por lo que la situación humanitaria es "terrible". La ONU estima que un millón de personas se han tenido que desplazar a nivel interno, mientras que otras 14 millones necesitan asistencia humanitaria urgente.

En este sentido, ha aseverado que el golpe ha mermado la economía del país, lo que ha llevado a millones de personas a perder su trabajo o la fuentes de ingresos con la que contaban. "El valor de la moneda local ha caído en picado y los precios de los bienes esenciales han aumentado", ha indicado.

Además, ha advertido de que los "cortes de Internet impuestos por las Fuerzas Armadas en gran parte del país y el acoso y la persecución a periodistas ha provocado un limitado acceso a la información y ha reducido notablemente el espacio cívico".

"A pesar de los compromisos hechos por el Ejército a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), la violencia se ha intensificado, mientras las operaciones militares en el sureste del país (...) han amplificado el sufrimiento de los civiles", ha añadido.

Bachelet ha aprovechado la ocasión para recordar que los "residentes locales son detenidos a menudo y, en algunos casos, son utilizados como escudos humanos" y ha subrayado que los militares han prendido fuego a "ciudades enteras, residencias, colegios y templos".

"Estoy profundamente preocupada por el hecho de que el Ejército esté tratando de militarizar comunidades enteras al extender sus milicias locales", ha continuado antes de aplaudir la "fortaleza y resolución del pueblo birmano, que sigue rechazando y resistiendo ante los intentos del Ejército de hacerse con todo el control".

Desde el golpe de Estado, más de 13.500 personas, incluidos políticos, trabajadores de medios de comunicación, líderes de la sociedad civil y abogados, entre otros, han sido detenidos por oponerse al régimen militar. Más de 10.500 siguen arrestados. Aquellos que ya han sido puestos en libertad a menudo denuncian el uso de malos tratos y tortura en las comisarías y cuarteles, según datos de la ONU.

SITUACIÓN DE LOS ROHINGYAS

En el estado de Rajine la situación es "crítica", tal y como ha insistido Bachelet, que ha señalado que se han producido conatos de violencia desde el pasado mes de noviembre entre el Ejército y el Ejército de Salvación Rohingya de Arakán (ARSA).

"Los miembros de la comunidad rohingya se encuentran en el medio, y no se han puesto en marcha mecanismos para trabajar de forma conjunta y resolver el largo historial de abuso de Derechos Humanos y discriminación contra esta minoría", ha apostillado.

En este sentido, ha hecho hincapié en que "las condiciones en el estado de Rajine siguen estando muy lejos de ser las adecuadas para los rohingyas, que siguen huyendo hacia Bangladesh".

Durante las últimas semanas han sido detenidos unos 300 rohingyas por viajar presuntamente de forma ilegal a otras zonas del país. "Cientos han sido condenados a penas de hasta dos años de prisión por ejercer su derecho más básico a la libertad de movimiento", ha aseverado la expresidenta chilena.

Por ello, ha instado a la comunidad internacional y a las partes implicadas a poner fin a la violencia y ha subrayado la importancia de proteger a los civiles, algo que ha calificado de "imperativo".

"Cualquier solución a esta crisis se debe construir a través de las consultas y las negociaciones con las partes implicadas y con representantes de las minorías étnicas", ha zanjado.

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