SANTIAGO, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, ha decretado "estado de catástrofe" en las regiones de Arica y Parinacota y de Tarapacá, las más afectadas por el terremoto de 8,2 grados de magnitud en la escala de Ritcher que ha sacudido este martes el norte del país, dejando un saldo de al menos cinco víctimas mortales --cuatro hombres y una mujer-- por ataques cardiacos y aplastamiento.
La mandataria chilena ha valorado la "rapidez" con la que han operado los organismos de emergencia tras el intenso seísmo, que obligó al Gobierno a emitir una alerta por tsunami en toda la costa del país. "La alerta de tsunami fue dada con prontitud y hemos visto una evacuación ordenada de las personas, que han colaborado desde el primer momento", ha apostillado Bachelet, según ha informado el diario chileno 'El Mercurio'.
La presidenta ha permanecido durante toda la noche en La Moneda, al corriente de todas las novedades de la situación generada por el terremoto, y ha suspendido sus actividades oficiales para este miércoles. De la misma forma, ha avanzado que tanto el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, como autoridades militares, se trasladarán al norte del país para supervisar las tareas de los equipos de emergencia.
De acuerdo a la normativa actual, el estado de catástrofe es dictado por la presidenta de la República en caso de calamidad pública, según ha explicado el citado diario, que ha añadido que el decreto respectivo ha sido firmado esta mismo madrugada por la mandataria y los titulares de Interior y Defensa.
El terremoto se ha registrado a las 20.46 horas (hora local) y tuvo epicentro en el mar, 85 kilómetros al suroeste de la localidad de Cuya. Asimismo, el Servicio Geológico de Estados Unidos ha añadido que el seísmo fue muy superficial, a sólo 6,2 millas (unos 10 kilómetros) debajo del lecho marino.
Prácticamente de inmediato y a través de las redes sociales, las fuerzas policiales chilenas pedían a los ciudadanos que ante las réplicas --que se cuentan por decenas--, conservasen la calma y continuasen con la evacuación, unas recomendaciones similares a las que realizaba el Ministerio de Obras Públicas: "Si está en la costa diríjase hacia zonas de seguridad ubicadas en altura. Evacue a pie. Regrese solo cuando la autoridad lo indique".
UNAS 300 PRESAS ESCAPAN DE LA CÁRCEL
Las autoridades locales han ido informando sobre los daños que se iban produciendo en sus ciudades. Así, el gobernador de Iquique, Gonzalo Prieto, indicaba que tres personas se encontraban heridas de gravedad, entre ellas una mujer adulta y un bebé de dos meses, y alertaba de que 300 presas de la cárcel local se había fugado.
Ante esta noticia, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, propiciaba el desplazamiento de un centenar de efectivos de las Fuerzas Especiales de Carabineros a la zona. "Las Fuerzas Armadas, Carabineros y la Intendencia coordinan para dar tranquilidad a todos los habitantes de Iquique es una medida preventiva de sacar fuerzas armadas en Iquique por la fuga de unas 300 reas", señaló.
De la misma forma, los mandatarios locales han informado de varios incendios en la zona norte del país, así como de daños causados por el terremoto en diversas carreteras. Entre tanto, los vecinos se han visto afectados por los cortes de luz, aunque las localidades van recuperando poco a poco el suministro eléctrico.
El director de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), Ricardo Toro, añadía que 11 hospitales situados en zonas de posible inundación fueron evacuados durante la noche, y aseguraba que el borde costero fue evacuado "en un 100 por ciento".
Finalmente, las olas del tsunami llegaban hasta algunas zonas costeras, provocando algunas inundaciones en las calles más próximas al mar. Sin embargo, en torno a la 01.09 horas de la madrugada se levantaba la alerta en parte de la zona costera del territorio nacional, desde Puerto Chacabuco, en la Región de Aysén, hasta la Antártica.
TERREMOTO DEL 27 DE FEBRERO DE 2010
Este suceso ha hecho recordar el trágico terremoto ocurrido el pasado 27 de febrero de 2010, un seísmo de 8,8 grados de magnitud azotó con fuerza las regiones de Valparaíso, Santiago, O'Higgins, Maule, Biobío y La Araucanía, dejando 525 muertos, 23 desaparecidos y dos millones de damnificados, lo que supone el diez por ciento de la población chilena.
El hecho tuvo lugar durante los últimos días del primer mandato de Michelle Bachelet, que dejaría su cargo a Sebastián Piñera el 11 de marzo de ese mismo año. En este caso, el terremoto se produce sólo unas semanas después de que la propia Bachelet fuese reelegida y asumiese de nuevo la presidencia del país.
En aquel momento, las víctimas llevaron a los tribunales a los altos cargos de los servicios de emergencia de la época por infravalorar la amenaza de tsunami, lo que provocó que la población permaneciera en las zonas bajas, donde sufrió el envite del mar con resultados devastadores.
En un principio, los tribunales chilenos incluyeron en la investigación a la entonces presidenta del país, aunque finalmente la sacaron de la causa.