Actualizado: jueves, 23 junio 2016 13:32


DUBÁI, 23 Jun. (Reuters/EP) -

Las autoridades de Bahréin han citado este jueves a cinco clérigos musulmanes chiíes para someterlos a interrogatorios en lo que algunos activistas han denunciado como otra medida tomada por la monarquía suní contra los disidentes en el país.

Los clérigos han sido citados en una comisaría de la capital del país, Manama, mientras un juzgado de lo contencioso administrativo tramita la petición del Ministerio de Justicia de disolver al principal grupo de la oposición musulmana chií, Al Wefaq, siguiendo una orden judicial emitida la semana pasada.

El tribunal ha retrasado la vista hasta el 4 de septiembre para dejar a Al Wefaq tiempo para preparar su defensa, según ha informado su abogado, Abdalá al Shanlawi. El Gobierno de Bahréin, por su parte, ha indicado que las autoridades están actuando contra grupos y personas que fomentan el aumento de las tensiones sectarias y tienen además algún vínculo con Irán.

Grupos de activistas han señalado que las autoridades han ordenado a varios clérigos, incluido el jeque Fadel al Zaki, presidente del Consejo de religiosos chiíes que fue disuelto hace más de dos años por el Gobierno, a acudir a la comisaría de Budaya, en Manama. Las razones para citar a los clérigos podrían estar relacionadas con los discursos realizados en la casa del ayatolá Isa Qassim después de que a éste le fuera retirada la nacionalidad.

Las autoridades de Bahréin se sobrepusieron en 2011, con ayuda de Arabia Saudí, a las manifestaciones masivas prodemocracia convocadas por la mayoría chií. Sin embargo, la tensión política ha aumentado desde entonces y se ha agravado debido a las dificultades financieras y al descenso de los ingresos provenientes del mercado energético.

Un tribunal bahreiní ha condenado a prisión este jueves a 24 personas por establecer una célula del grupo terrorista Estado Islámico en el país, según han informado los medios de comunicación locales. El tribunal también ha ordenado retirar la nacionalidad a trece de ellos, después de habérsela retirado a los otros 11.

El incidente con el ayatolá Isa Qassim y la puesta en marcha de otras medidas como la detención del activista Nabeel Rajab y el trato al grupo Al Wefaq han provocado la increpación de Estados Unidos y la ONU.

Miles de personas salieron la calle en la localidad de Diraz justo antes de que Qassim perdiera definitivamente la nacionalidad bahreiní, y el Gobierno prevé que este tipo de manifestaciones volverán a producirse esta semana, especialmente después de las oraciones del viernes.

El comandante de la Guardia Revolucionaria iraní ha advertido de que las medidas llevadas a cabo por las autoridades de Bahréin acabarán obligando a la población a tomar las armas y enfrentarse al Gobierno.

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