MADRID 21 May. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha apelado este martes a la "máxima moderación" y el inicio de un "diálogo constructivo" tras la decisión del Ejército de Tailandia de imponer la ley marcial.
"El secretario general está siguiendo de cerca los últimos acontecimientos en Tailandia", ha dicho su portavoz a través de un comunicado. "La forma de garantizar la paz y la prosperidad es a través del respeto absoluto a los principios democráticos y del proceso democrático", ha agregado. Por último, Ban ha solicitado a todas las partes que "eviten usar la violencia y respeten los Derechos Humanos".
Las Fuerzas Armadas tailandesas han decidido imponer desde este martes la ley marcial en todo el país para intentar restablecer el orden, una decisión que ha recibido el respaldo del Gobierno provisional, que, sin embargo, ha asegurado que no la ha impulsado.
La medida de excepción impuesta por el Ejército llega días después de que el Tribunal Constitucional obligara el 7 de mayo a la entonces primera ministra, Yingluck Shinawatra, a dimitir de su cargo por abuso de poder y cuando los manifestantes antigubernamentales han dejado claro que no aceptan al nuevo Ejecutivo interino porque quieren un primer ministro neutral que impulse una serie de reformas antes de las próximas elecciones.
La ley marcial da al Ejército el poder de actuar en caso de guerra o revuelta; usar armas para hacer frente a un levantamiento; inspeccionar, confiscar y ocupar cualquier vehículo o instalación; censurar información; bloquear y controlar los servicios postales; y activar los tribunales militares para juzgar cualquier supuesto crimen que recaiga bajo la ley marcial.
Asimismo, permite movilizar a civiles para ayudar al Ejército; hacerse con recursos como vehículos o material logístico para apoyar sus operaciones; prohibir las reuniones públicas, publicaciones, comunicaciones, viajes, transporte y movimiento de la población; imponer toques de queda; destruir cualquier instalación para beneficiar una operación militar; detener sospechosos durante siete días; y no pagar compensaciones por los daños provocados por sus operaciones.
Tailandia lleva meses sumida en una crisis política que comenzó en noviembre de 2013 con las manifestaciones contra el Ejecutivo por su decisión de impulsar una ley que hubiera permitido el regreso al país del hermano de la entonces primera ministra y exprimer ministro Thaksin Shinawatra, derrocado por un golpe de Estado en 2006 y condenado por cargos de corrupción cuando ya se encontraba en el exilio en 2008.
Este mismo martes, el primer ministro interino, Niwatthamrong Boonsongphaisan, ha informado de que ha solicitado a la Comisión Electoral que convoque los próximos comicios para el 3 de agosto.
"El Gobierno ha enviado una carta a la Comisión Electoral en la que le sugiere que celebrar las elecciones el 3 de agosto es factible. Si la comisión lo acepta, la próxima semana podríamos aprobar un decreto", ha afirmado Niwatthamrong.