MADRID 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha aplaudido este lunes el inicio del juicio ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) contra un islamista acusado de crímenes de guerra por la destrucción de monumentos religiosos y culturales en la localidad maliense de Tombuctú.
En su comunicado, Ban ha recalcado que se trata de la primera ocasión en la que el TPI celebra un juicio por crímenes de guerra por ataques intencionados contra la propiedad cultural de un país, al tiempo que ha alertado de la "preocupante tendencia" de destrucción de patrimonio cultural durante los conflictos.
"Estos ataques suponen un ataque cruel contra la dignidad e identidad de poblaciones enteras, así como contra sus raíces religiosas e históricas", ha dicho, condenando estos actos y reclamando que los responsables sean juzgados.
El acusado, el miliciano islamista Ahmad al Faqi al Mahdi, se ha declarado este lunes culpable de sus actos, por los que ha pedido perdón. "Con gran pesar y gran dolor tengo que declararme culpable. Todos los cargos presentados contra mí son precisos y correctos", ha sostenido.
Su declaración de culpabilidad ya había sido adelantada por la BBC, que había indicado que la fiscal jefe del TPI, Fatou Bensouda, había trasladado a los jueces del tribunal que Al Mahdi había admitido su responsabilidad durante una vista a puerta cerrada.
Al Mahdi se enfrenta a una sentencia de un máximo de 30 años de cárcel, aunque los fiscales prevén solicitar una condena más baja, dada su cooperación. El acusado fue entregado por las autoridades de Níger.
LA DESTRUCCIÓN DE PATRIMONIO EN TOMBUCTÚ
Los hechos ocurrieron entre el 30 de junio y el 10 de julio de 2012, periodo durante el cual Tombuctú, así como el resto del Azawad (nombre que usan los habitantes del norte de Malí para hablar de su territorio), estuvo en manos de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y Ansar Dine, grupo armado tuareg al que pertenece el acusado.
Los yihadistas destruyeron mezquitas y mausoleos e incendiaron decenas de miles de manuscritos durante los meses en los que controlaron la ciudad antes de ser expulsados por las fuerzas francesas en enero de 2013.
La ciudad, considerada como una de las capitales intelectuales y espirituales del Islam durante los siglos XV y XVI, está declarada en su totalidad como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Entre los edificios más relevantes destruidos estaban la mezquita de Djingareyber, una de las tres madrasas de la universidad de Sankoré, construida alrededor del año 1327 con tierra y materiales orgánicos tales como fibras, paja y madera.
Asimismo, el emblemático monumento de El Faruk, ubicado a la entrada de Tombuctú, fue totalmente destruido. Desde entonces, han sido reconstruidos catorce de los mausoleos dañados por los yihadistas.