NUEVA YORK, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha condenado "en los términos más enérgicos" el ataque perpetrado ayer por un grupo de milicianos contra el consulado de Estados Unidos en la ciudad de Benghazi, ubicada en el este de Libia, en el que murieron cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador, Christopher Stevens.
"El secretario general está muy triste por este ataque", ha informado el portavoz de Ban, Martin Nesirky, en un comunicado. "Expresa sus condolencias a las afligidas familias de las víctimas y al Gobierno de Estados Unidos", ha añadido.
Además, ha reiterado el rechazo de la organización internacional "a todas las formas de difamación religiosa", ya que los disturbios se desataron por la película estadounidense 'Inocencia de los musulmanes', que parodia al profeta Mahoma. "Nada justifica la violencia brutal", ha subrayado.
En este contexto, ha recordado a las autoridades libias su obligación de garantizar la seguridad de las representaciones y del personal de los países extranjeros que están acreditados en territorio libio, según establece el Derecho Internacional.
Si bien, Ban ha recordado el compromiso de Naciones Unidas con la seguridad en el país árabe. "Seguiremos trabajando con las autoridades y con el pueblo de Libia en su lucha por conseguir la estabilidad del país", ha aseverado.
En la misma línea, el presidente de la Asamblea General, Nassir Abdulaziz al Nasser, ha condenado el ataque al consulado estadounidense. "Los responsables de estos ataques, cometidos en violación del Derecho Internacional, deben comparecer ante la justicia", ha apuntado.
Al Nasser también ha "deplorado" los actos de difamación religiosa, al considerar que "tales actos de incitación y xenofobia podrían provocar una gran inestabilidad internacional", de acuerdo con el comunicado.
Por su parte, el Consejo de Seguridad ha sostenido que este tipo de ataques son "injustificables", "independientemente de sus motivaciones", al tiempo que ha reiterado el "compromiso" de la comunidad internacional con Libia, donde se sigue trabajando por una "transición pacífica" que permita una "próspera democracia".