MADRID, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha condenado este lunes el atentado perpetrado durante la jornada en la localidad turca de Suruç, ubicada cerca de la frontera con Siria, que se ha saldado con la muerte de al menos 31 personas y cerca de un centenar de heridos.
Ban ha reclamado que los responsables del ataque sean "rápidamente identificados y llevados ante la justicia", al tiempo que ha recalcado que "no existe justificación posible a los ataques contra la población civil".
Asimismo, ha expresado sus condolencias a los familiares de las víctimas, así como al Gobierno y al pueblo de Turquía, y ha deseado una rápida recuperación a los heridos.
El atentado ha sido perpetrado contra un centro cultural en el que se encontraban reunidos decenas de voluntarios que pretendían viajar a la localidad siria de Kobani, escenario de enfrentamientos entre las fuerzas kurdas y el grupo yihadista Estado Islámico, para participar en la reconstrucción de la ciudad.
El diario turco 'Hurriyet' ha explicado que hay "especulaciones" que apuntan a que el ataque habría sido obra de una terrorista suicida de 18 años perteneciente a la formación yihadista.
El centro atacado está gestionado por el Ayuntamiento de Suruç, controlado por el Partido Democrático Popular, y suele acoger visitas de periodistas y de voluntarios que trabajan con refugiados procedentes de la ciudad siria de Kobani, que enlaza con Turquía a través de Suruç.
Kobani, situada en la frontera con Turquía, es la principal ciudad kurda del norte de Siria y en los últimos meses ha sido escenario de violentos combates entre el Estado Islámico y las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas, que finalmente han logrado expulsar a los yihadistas con la ayuda de los bombardeos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.
La Federación de Asociaciones de Juventudes Socialistas (SGDF) anunció que entre el 19 y el 24 de julio un grupo de voluntarios viajarían a Kobani para participar en la limpieza y reconstrucción de la ciudad. En concreto, habían proyectado la construcción de una biblioteca y la reconstrucción de un museo levantado por Rifat Horoz, uno de los milicianos de las YPG caídos en la batalla de Kobani.
Además, los voluntarios querían colaborar en hospitales, un parque infantil y plantar un bosque en recuerdo a los caídos en combate, todo ello en el marco de la campaña 'Defendimos juntos Kobani, construimos juntos Kobani'.