MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha condenado este miércoles los últimos atentados contra 'cascos azules' en Malí, adelantando que propondrá reforzar la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA).
En las últimas 24 horas, al menos cuatro personas han muerto, uno de ellos un 'casco azul', como consecuencia de dos ataques perpetrados en el norte de Malí contra acuartelamientos de la MINUSMA, según ha informado la fuerza internacional.
A última hora del martes, un 'casco azul' murió y otros tres resultaron gravemente heridos tras ser atacada con cohetes o morteros una base de la misión de Naciones Unidas (MINUSMA) en Gao. La MINUSMA ha explicado que diez civiles resultaron heridas en el ataque.
La misión de Naciones Unidas ha informado de un ataque posterior en Gao perpetrado por hombres armados contra personal de la misión de desminado de Naciones Unidas (UNMAS), un ataque que acabó con la vida de dos guardias de seguridad privados malienses y un experto internacional.
En respuesta, Ban ha expresado su "indignación" por estos ataques, después de que en mayo murieran doce 'cascos azules' en atentados en la zona norte del país, recalcando que "nada puede justificar los actos de terrorismo contra el personal de la ONU".
"En los próximos días, el secretario general (de la ONU) presentará al Consejo de Seguridad algunas propuestas para fortalecer las capacidades de la misión", ha desvelado su portavoz, Stephane Dujarric.
"También reafirmará la necesidad de garantizar que las fuerzas de MINUSMA cuenten con el equipo adecuado para operar en un entorno tan peligroso e impredecible como Malí", ha agregado.
La agencia británica de noticias Reuters ha afirmado que Ban reclamará agregar 2.049 solados y 480 policías a la MINUSMA, elevando el número total hasta los 13.289 soldados y 1.920 policías, citando un informe circulado por Naciones Unidas.
La misión de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas en Malí comenzó en abril de 2013, después de que los separatistas tuareg y extremistas islamistas comenzaran una rebelión en el norte del país. El Gobierno y los separatistas firmaron un acuerdo de paz en 2015 pero todavía se registran incidentes violentos y ataques.