MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha expresado este domingo su "profunda preocupación" por el uso del discurso del odio, la provocación de "hostilidades comunales" y el abuso de la religión con fines políticos por parte de "elementos extremistas" de Birmania.
Ban ha reclamado, a pocos días de la celebración de las elecciones del 8 de noviembre, que "se ponga fin a las presiones, las intimidaciones y la incitación al odio y la violencia según la identidad étnica, el género, la religión y la opinión política (de las personas)".
Asimismo, ha advertido de que "la continuada impunidad ante este tipo de comportamientos podría dañar gravemente la imagen internacional del país", al tiempo que ha condenado las críticas vertidas contra la relatora especial sobre Derechos Humanos en Birmania, Yanghee Lee.
Lee reclamó la semana pasada a las autoridades del país que permitan a los musulmanes votar en las elecciones, expresando su preocupación por las políticas discriminatorias en el país.
"Es un punto de inflexión en la transición democrática en Birmania y reclamo a todos los implicados que garanticen que el respeto por los Derechos Humanos es un punto central en las elecciones, durante y después de ellas", dijo.
"Es vital que las elecciones sean celebradas en un ambiente que incite a la participación de todos los sectores de la sociedad. En este línea, es fundamental que las divisiones y las tensiones no sean manipuladas con fines políticos", agregó.
Así, expresó su preocupación por el hecho de que cientos de miles de personas se vayan a ver privados de sus derecho a participar en las elecciones, recalcando que muchos candidatos musulmanes han sido además descalificados.
Lee resaltó que la "creciente influencia" de los movimientos extremistas religiosos y nacionalistas están detrás de este situación, lamentando la "aparente falta de acción" contra las "preocupantes" afirmaciones de líderes religiosos y miembros de partidos políticos, que podrían equivaler a incitación al odio contra las minorías.
En este sentido, denunció la "discriminación institucionalizada" contra la comunidad musulmana rohingya, así como la limitación de la libertad de movimiento en el estado de Rajine, donde reside mayoritariamente.
Por último, criticó la aprobación de cuatro leyes discriminatorias destinadas a "proteger la raza y la religión", alertando que no se ciñen a las obligaciones del país con el respeto a los Derechos Humanos.