Ban Ki Moon
REUTERS
Actualizado: jueves, 14 julio 2016 2:42


MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha condenado este miércoles el asesinato de la exministra del Gobierno de Burundi y diputada de la Asamblea Legislativa de África Oriental Hafsa Mossi, tiroteada en la capital del país, Buyumbura.

En su comunicado, Ban ha tildado lo ocurrido de "despreciable acto de violencia que sólo sirve para promover las divisiones y desestabilizar el país", al tiempo que ha expresado sus condolencias a la familia de Mossi

Asimismo, ha reiterado "la necesidad de intensificar los esfuerzos para encontrar un acuerdo negociado a la crisis en Burundi", pidiendo a todas las partes que "participen de buena fe en el proceso de paz liderado por la Comunidad Africana Oriental (CAO)".

El proceso de diálogo abierto el año pasado entre el Gobierno y la oposición no obtuvo resultado, y las conversaciones celebradas a principios de 2016 con la mediación de Uganda acabaron estancadas.

El martes, un total de cinco partidos que participaron en las elecciones generales boicotearon la segunda ronda de conversaciones, celebrada en la localidad tanzana de Arusha.

Los partidos argumentaron que su decisión se debe a su malestar con la decisión del mediador, el expresidente tanzano Benjamin Mkapa, de invitar a burundeses acusados de violaciones de Derechos Humanos y de estar involucrados en un intento de golpe de Estado contra el presidente, Pierre Nkurunziza, en 2015.

El Gobierno expresó también su malestar con la inclusión de Minani, Nininahazwe y Ningoyere, recalcando que todos ellos "están siendo juzgados y no pueden ser invitados" al proceso de conversaciones.

LA CRISIS POLÍTICA

El país africano está envuelto en una crisis política desde que el presidente, Pierre Nkurunziza, decidiera presentarse a un controvertido tercer mandato, algo que la oposición criticó como inconstitucional. Desde entonces, han muerto al menos 450 personas y unas 220.000 han huido a países vecinos.

La oposición aseguró que su reelección violaba los términos del acuerdo de paz que se firmó en 2005 tras doce años de guerra civil. Este acuerdo de paz incluía reformas en el Ejército, que fue absorbido por los rebeldes, de mayoría hutu, y que había sido dirigido por la minoría tutsi.

El Gobierno de Burundi ha acusado a Ruanda, su país vecino, y a otros países de Occidente de entrometerse en sus asuntos internos, afirmando que todos ellos están agravando la crisis del país.

Los países occidentales temen que Burundi podría vivir de forma interna un conflicto entre etnias, desestabilizando la región que fue testigo del genocidio de Ruanda en 1994. Al igual que Ruanda, Burundi posee una mayoría étnica hutu y una minoría tutsi.

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