Actualizado: viernes, 6 noviembre 2015 20:35


NUEVA YORK, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha expresado este viernes su preocupación por la escalada de violencia en Burundi y la muerte de civiles y ha criticado las recientes declaraciones públicas por incitar al odio y a la violencia, según un comunicado de su portavoz.

Ban se ha mostrado alarmado por los enfrentamientos en Burundi, especialmente por el "descubrimiento de cuerpos de civiles, muchos de los cuales aparentemente ejecutados de forma sumaria, que se ha convertido en un hecho regular en varios barrios de (la capital), Buyumbura".

"La violencia y los asesinatos recurrentes en Burundi deben parar", ha afirmado, subrayando la responsabilidad de las autoridades de proteger a la población civil, sin tener en cuenta sus afiliaciones políticas. Asimismo, ha pedido que los responsables de estos "horrendos actos" dejen de quedar impunes.

Ban también ha condenado las declaraciones públicas que "parecen estar dirigidas a incitar la violencia y el odio" entre los distintos grupos del país. "La retórica inflamatoria es reprobable y peligrosa, solo servirá para agravar la situación", ha advertido.

El secretario general de la ONU ha instado a todas las partes en conflicto, particularmente al Gobierno a contribuir a crear las condiciones para "un diálogo creíble e inclusivo". "Naciones Unidas extiende todo su apoyo y ayuda a todos los esfuerzos encaminados a promover una solución pacífica. El tiempo es la esencia", ha concludio.

El presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza dio el lunes su "último aviso" para que todos los ciudadanos entreguen a las autoridades las armas que posean ilegalmente. "Aquellos que no lo hagan serán considerados criminales y procesados conforme a la Ley Antiterrorista", dijo en un mensaje a la nación.

En cambio, --explicó el dirigente africano-- quienes acudan voluntariamente a las fuerzas de seguridad para entregar armas ilegales "serán entrenados en una educación patriótica" y después podrán volver con sus familias.

Burundi sufre una crisis política desde el 13 de mayo, cuando un grupo de militares intentó dar un golpe de Estado tras semanas de protestas callejeras contra los planes de Nkurunziza de reformar la Constitución para perpetuarse en el poder.

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