Ban Ki Moon pide a los líderes africanos que "no se aferren al poder"

ADDIS ABEBA, 30 Ene. (Reuters/EP) -

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha pedido este sábado a los líderes africanos que eviten el uso de agujeros legales o cambios antidemocráticos en sus respectivas constituciones para "aferrarse al poder".

"Los líderes deben proteger a la gente, no a sí mismos", ha señalado Ban. "Pido a los líderes que sean consecuentes y se hagan a un lado, que respeten los límites de sus legislaturas", ha añadido el secretario general en su discurso en la reunión de los 54 estados de la Unión Africana.

"Nunca se debería hacer uso de cambios constitucionales antidemocráticos o agujeros legales para aferrarse al poder. Todos hemos visto las consecuencias cuando ocurre", ha señalado el secretario general.

Tras sus declaraciones, el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, que cumplirá 91 años el mes que viene y 36 al frente del Gobierno, acusó a la ONU de ambiciones colonialistas. "¿Cómo dejamos que este grupo (la ONU) (...) nos continúe acosando incluso en nuestros países independientes?", se preguntó Mugabe.

La longevidad de los mandatos de los líderes africanos es una característica que comparten varios estados. Así, en Ruanda, una reforma de la Constitución permitirá a su presidente, Paul Kagame, en el poder desde el 2000, presentarse de nuevo en 2017 y monopolizar el cargo hasta 2034 si así lo decidiera.

Por su parte, el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha cumplido tres décadas en el poder y su Constitución no prevé ningún límite a su mandato, lo que se une a los más de 50 años que lleva el Partido de la Revolución al frente del Gobierno de Tanzania.

Además de esto, uno de los asuntos principales en la agenda de la reunión de la Unión Africana es la crisis de Burundi, donde la decisión del presidente Pierre Nkurunziza de presentarse a un controvertido tercer mandato, fue tachado por la oposición como inconstitucional.

Desde entonces, y según datos de la ONU, han muerto al menos 439 personas y unas 220.000 han huido a países vecinos, aunque las cifras podrían ser mayores.