LONDRES/ABÚ DABI, 4 Mar. (Reuters/EP) -
Los bancos internacionales han decidido recortar parte de las líneas de crédito a los transportistas de alimentos a Yemen ante la gravedad del conflicto en las zonas portuarias del país y la quiebra casi absoluta de su sistema financiero, en una decisión que agravará aún más la crisis de alimentos y expone a la población yemení a una hambruna generalizada.
Fuentes bancarias europeas hablan de una cancelación total de las líneas de crédito. "Aunque un banco se comprometa a procesar uno de los pagos insisten en maniobrar con mucho cuidado", explican.
Entre los bancos involucrados en el envío de alimentos a Yemen se encuentran el Commerzbank, Deutsche Bank y HSBC, así como varios bancos de Oriente Próximo. El HSBC, el único banco internacional que ha hablado con Reuters, se ha limitado a asegurar que "seguirá manteniendo su política de ayuda a clientes en el Norte de África y Oriente Próximo de acuerdo con los controles comerciales y regulatorios pertinentes".
TRANSPORTISTAS AL DESCUBIERTO
"Los bancos occidentales ya no están cómodos procesando pagos", según una fuente de comercio internacional de bienes de primera necesidad bajo el anonimato "y no se van a exponer a más riesgos". "Esto significa que los transportistas asumirán prácticamente todo el peligro que supone garantizar cargamentos enteros, valorados en millones de dólares, a pesar de no haber recibido pago alguno", ha advertido.
Por lo general, estos transportistas son firmas privadas y de pequeña envergadura -- de carácter local o regional -- que compran estas materias primas de mercados internacionales. Es tal el riesgo actual que ninguno de estos transportistas se ha atrevido a hablar sobre esta situación por motivos de seguridad.
La situación ha entrado en una caótica espiral durante las últimas cuatro semanas, desde que el Banco Nacional de Yemen decidiera poner a fin a su política de favorecer a los transportistas locales a través de tipos de cambio beneficiosos en los mercados de arroz y azúcar en favor del trigo y medicinas.
DESCENSO DE ACTIVIDAD PORTUARIA
La decisión del Banco Nacional ha tenido efectos inmediatos. En enero, unos 77 barcos tocaron tierra en Yemen, un descenso significativo respecto del centenar que llegaron a puerto en marzo del año pasado, durante la escalada de la guerra civil.
Las consecuencias, según Naciones Unidas, "rozan la catástrofe" para un país donde 21 millones de personas de un total de 26 millones dependen de ayuda humanitaria y la mitad de la población sufre de malnutrición a consecuencia de la guerra entre el Gobierno yemení -- apoyado por Arabia Saudí -- contra los rebeldes huthi.
A la falta de financiación hay que añadir las numerosas restricciones de navegación que ha impuesto Arabia Saudí a los barcos que se aproximan a Yemen y que son frecuentemente objeto de registros por parte de las fuerzas saudíes, en busca de armamento oculto.
"Hay que estar permanentemente en contacto con los transportistas para convencerles de que todo está bien. A veces tenemos incluso que enviarles fotos de la zona para que se den cuenta de que no hay combates", según Mohamed Al Shamery, funcionario de la única planta refinadora de azúcar del país, en Hodaida.
La presión se acentúa sobre los bancos yemeníes, que desde finales de año han dejado de atender a peticiones de crédito porque "los bancos extranjeros han dejado de cooperar", según el empleado del Banco Nacional de Yemen, Aidros Mohammed.
Ello desemboca en un aumento de los precios por encima de las posibilidades de los yemeníes, según empresarios como Watheq Alí Hamed.
"Es culpa de la guerra y del incremento del coste para garantizar la llegada de estos bienes. Afortunadamente todavía nos queda algo de stock pero es cuestión de tiempo que suframos los efectos totales de esta decisión", ha lamentado.