Izquierda y ultraderecha buscarán tumbar al Gobierno en Francia tras la falta de acuerdo presupuestario

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Michel Barnier, primer ministro de Francia - Europa Press/Contacto/Alexis Sciard
Actualizado: lunes, 2 diciembre 2024 17:14

Barnier recurre al mecanismo constitucional que abre la puerta a mociones de censura para salvar su proyecto

Le Pen confirma que Agrupación Nacional votará la moción de censura de la izquierda, que tiene visos de prosperar

MADRID, 2 (EUROPA PRESS)

El primer ministro de Francia, Michel Barnier, ha recurrido este lunes formalmente el artículo 49.3 de la Constitución para sortear el bloqueo de la Asamblea Nacional a su ley de presupuestos para la Seguridad Social, lo que deja el futuro de todo el Gobierno en manos de una oposición que ya ha anunciado en bloque --desde la izquierda hasta la ultraderecha-- su apoyo a una moción de censura.

Barnier, que ha defendido su voluntad de diálogo tras las concesiones hechas en los últimos días --este mismo lunes ha accedido a retirar los recortes en el programa de reembolso de medicamentos--, ha apelado a la "responsabilidad" del resto de partidos para garantizar la estabilidad política.

"Los franceses no nos perdonarían que antepongamos los intereses particulares al futuro de la nación", ha dicho el primer ministro desde la tribuna de la Asamblea Nacional, en una sesión tensa de la que se han salido antes de tiempo diputados de la izquierda. Barnier ha insistido en que el proyecto que presenta es el que necesita el país.

La diputada Mathilde Panot, de La Francia Insumisa (LFI), ha denunciado el "caos político" y ha confirmado la presentación de una moción de censura. "No es posible que en una democracia gobiernen quienes han perdido las elecciones", ha recordado, en alusión a los comicios legislativos de julio, de los que el Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierdas salió como el bloque más votado.

En el ámbito de la ultraderecha, también Agrupación Nacional ha dejado claras sus intenciones apenas unos minutos después del fin del discurso de Barnier. Su líder, Jordan Bardella, ha confirmado en redes sociales que el partido votará a favor de censurar un Gobierno que considera "hijo del macronismo".

Bardella ha señalado que los franceses abogaron en las urnas por "pasar página" a la etapa del presidente, Emmanuel Macron, y ha lamentado que el proyecto presentado por el Ejecutivo "no tiene en cuenta la urgencia social" e "ignora la necesidad de relanzar el crecimiento".

En un alegato 'in extremis', poco antes del pleno, la jefa de Agrupación Nacional en la Asamblea, Marine Le Pen, anunció la presentación de una enmienda para indexar las pensiones a la inflación, si bien el propio Bardella ya había reconocido en una entrevista esta mañana que sólo "un milagro de último minuto" podía salvar a Barnier.

EL DÍA DESPUÉS DE LA MOCIÓN

Una votación común entre todos los diputados de izquierda y de ultraderecha suma suficientes apoyos para hacer caer al Gobierno y Le Pen ya ha anunciado que, al margen de la moción que presentarán por su cuenta, respaldarán otras iniciativas, "vengan de donde vengan", por lo que en principio la iniciativa que lance la izquierda será la que salga adelante.

A lo largo de la V República en Francia, sólo una moción de censura ha prosperado, y fue en 1962. Sin embargo, este instrumento parlamentario ha servido en los últimos años como herramienta de presión contra el Gobierno y contra Macron, que en ningún caso puede disolver la Asamblea y convocar nuevas elecciones hasta que no haya pasado al menos un año desde la cita anterior --sería por tanto en julio de 2025--.

La hipotética caída del Ejecutivo abocaría por tanto al presidente a abrir una ronda de contactos con vistas a nombrar a un nuevo primer ministro, en un contexto marcado por la polarización y en el que ninguno de los bloques políticos suma una mayoría suficiente en el Parlamento.

Macron ya descartó tras las pasadas elecciones nombrar a algún candidato de izquierdas, bajo el argumento de que no tendría un mínimo respaldo entre los diputados, pero la experiencia fallida con Barnier, procedente de la familia conservadora, le dejaría ahora en un nuevo escenario aún más complejo, habida cuenta de las diferencias irreconciliables entre los diversos grupos.

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