MADRID, 25 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Sudán, Omar Hasán al Bashir, ha acusado este martes a "traidores" y "mercenarios" de los "sabotajes" en el país, en el marco de las multitudinarias manifestaciones contra el aumento de los precios de los productos básicos, que se han saldado con más de una decena de muertos, según el balance oficial.
En un acto celebrado en la localidad de Uadal-Hadad, el mandatario ha prometido "perseguirlos y expulsarlos", al tiempo que ha recalcado que las autoridades "seguirán adelante con la aplicación de proyectos de desarrollo".
Asimismo, ha manifestado que "se ha lanzado una guerra contra Sudán porque Sudán se ciñe a su religión y dignidad", antes de apuntar que el país "no será vendido por maíz o dólares", según ha informado la agencia estatal sudanesa de noticias, SUNA.
Durante la jornada, miles de personas han salido a las calles de la capital, Jartum, para participar en una nueva protesta contra las medidas del Gobierno y exigir a Al Bashir que abandone el cargo.
Según las informaciones recogidas por el portal local de noticias Sudan Tribune, los manifestantes se han concentrado en varios puntos de la ciudad y han marchado hacia la plaza en la que se encuentra el Palacio Presidencial.
Las fuerzas de seguridad han abierto fuego contra los participantes en las protestas, hiriendo al menos a tres de ellos, tal y como ha informado la agencia británica de noticias Reuters.
Por su parte, la organización no gubernamental Amnistía Internacional ha denunciado este mismo martes la muerte de al menos 37 personas a manos de los agentes sudaneses en el marco de las manifestaciones en el país.
"El hecho de que las fuerzas de seguridad estén usando la fuerza letal de manera tan indiscriminada contra manifestantes desarmados es extremadamente preocupante", ha afirmado la subdirectora para África Oriental, Grandes Lagos y el Cuerno de África de Amnistía Internacional, Sarah Jackson.
"Con decenas de muertos ya, el Gobierno debe contenerse en este mortal uso de la fuerza e impedir más derramamientos de sangre innecesarios", ha señalado. Jackson ha hecho hincapié en que las autoridades sudanesas, "en lugar de intentar impedir que las personas se manifiesten", "deberían centrarse en poner fin a la represión de los Derechos Humanos que mantiene desde hace tiempo y en resolver la crisis económica que ha precipitado estas protestas".
En los últimos días, se han registrado manifestaciones contra el Gobierno en Al Qadarif, Atabara y en otras ciudades sudanesas, unas protestas que han sido reprimidas por las fuerzas de seguridad bajo mando gubernamental.
Las autoridades sudanesas han impuesto un toque de queda para contener las manifestaciones, pese a lo cual cientos de personas han salido a las calles prácticamente a diario en varias localidades. Jartum también se ha visto afectada por las protestas.
Las manifestaciones en Sudán contra el deterioro de la situación económica y la elevada tasa de desempleo se han sucedido desde finales de 2017.