BRUSELAS, 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Instituto de Salud Pública (ISP) de Bélgica ha asegurado que, entre el 30 de junio y el 5 de julio, se registraron 410 muertes más de las que serían normales durante ese número de días, algo que las autoridades han atribuido directamente al "calor extremo" y a las "concentraciones de ozono".
Las condiciones climáticas han aumentado el número de fallecimientos en un 26 por ciento, una cifra equiparable a la de países vecinos como Francia o Países Bajos. El Gobierno galo aseguró que la cifra de fallecimientos en Francia se había elevado en 700 casos durante la semana del 29 de junio al 5 de julio.
En Bélgica, los efectos del calor han afectado en la misma medida a hombres que a mujeres, aunque el ISP establece diferencias en función de la edad. Según los datos expuestos en un comunicado, el nivel de mortalidad entre las personas de más de 85 años ha crecido un 33 por ciento.
El ISP ha reconocido que se ha tratado de un año especialmente complicado en cuanto al calor y sus efectos, ya que normalmente el aumento de las temperaturas durante la última década no ha supuesto un incremento de las muertes superior al 18 por ciento. La única excepción sería el año 2006, cuando crecieron un 23 por ciento.