Cien mujeres vulnerables aprenden a gestionar un negocio y cultivar verduras gracias al PMA
KABUL, 31 Ago. (Por Ferez Hosseini, PMA) -
Mediante un proyecto agrícola en Afganistán, 100 mujeres vulnerables están aprendiendo capacidades para generar ingresos y gestión de negocio incluido el cultivo de verduras, el procesado de alimentos y el uso de nuevas tecnologías agrícolas, lo que les capacita para producir y empaquetar sus verduras para el mercado.
Conduciendo por la histórica carretera de Dar-ul-aman, los restos del Palacio del Rey Amanulá sirven como duro recuerdo de los días de guerra e inestabilidad en Kabul. Sigue un poco más adelante y verás una extensión de 80 acres en la que 100 mujeres están gestionando una granja mediante el apoyo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para la creación de activos en asociación con el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) y el Ministerio de Agricultura.
Lo que convierte a esta granja en especial no es solo su ubicación, sino también el hecho de que es la primera granja orgánica de Afganistán gestionada por mujeres.
WFP/FEZEH HOSSEINI
En el marco de este proyecto de seis meses que comenzó en abril de 2016, cien mujeres vulnerables están recibiendo formación en varias habilidades para generar ingresos como el cultivo de verduras, el procesado de alimentos y el uso de nueva tecnología agrícola, lo que les capacita para producir y empaquetar sus verduras para el mercado. Estas habilidades les ayudarán a ganar dinero, alimentar a sus familias e incrementar su autosuficiencia.
HISTORIAS ÚNICAS
Las mujeres incluidas tienen todas una historia única que contar, bien porque sean ellas el principal sustento de sus familias, porque han regresado tras estar desplazadas por el conflicto o incluso algunas que siguen estando alejadas de sus hogares por el conflicto en curso.
Nooria, de 45 años, dice que su principal motivo para trabajar en la granja es enviar a sus cinco hijas a la escuela. Vive en una casa alquilada en Kabul desde que dejó su hogar en la provincia de Logar. "Tengo que esperar otros dos meses para la cosecha para poder procesar y vender las verduras en el mercado", explica Nooria. "Hay que esperar mucho tiempo pero me hace feliz cuando pienso en el dinero que voy a ganar al final", añade.
Durante el curso del proyecto, las mujeres reciben asistencia alimentaria del PMA, lo que incluye un suministro mensual de 83 kilos de comida incluida harina de trigo enriquecido, legumbres, aceite vegetal enriquecido, y sal yodada. El proyecto también da empleo a 240 hombres, que pasan un mes limpiando la tierra para el cultivo.
WFP/FEZEH HOSSEINI
El Ministerio de Agricultura ofrece apoyo técnico y las tierras cultivables, mientras que el PMA y el PNUD ejecutan conjuntamente el proyecto mediante el Grupo de Mujeres Productoras Agrícolas, una organización local. Esta asociación no solo empodera a las mujeres a nivel comunitario sino que también desarrolla la capacidad de los formadores locales para ayudar a las mujeres a aprender capacidades de venta.
"NO HABRÍA CREÍDO QUE FUERA POSIBLE"
"Yo cultivo cebollas, tomates, berenjenas, pimientos y rábanos en la parcela que me han asignado, y ahora ¡está tan verde! No habría creído que fuera posible", comenta Zubaida, una madre de cinco de 40 años. Su marido está enfermo, así que ella tiene que ganar dinero para cuidar de su familia.
Originaria del distrito de Laal-o-Sare Jangal, en la provincia de Ghor, Zubaida y su familia se vieron obligados a trasladarse a Kabul debido a la inseguridad y al desempleo hace siete años. Tiene que hacer un largo camino cada mañana y cada tarde hasta la granja. Además de su trabajo aquí, produce pasta de tomate, un ingrediente esencial para la cocina afgana, para venderla en el mercado o a sus vecinos.
Para garantizar la sostenibilidad del proyecto hasta 2017, las beneficiarias también recibirán formación en gestión de negocios y maquinaria para procesar y empaquetar alimentos y venderlos en los mercados nacional e internacional. A la espera de una evaluación positiva del proyecto, el Gobierno afgano está considerando ampliarlo otros tres años.
El apoyo para la creación de activos del PMA busca mitigar el impacto de los desastres naturales, construir y fortalecer la resiliencia de las comunidades ante los 'schocks', y restaurar los medios de vida de las personas incrementando la productividad total del suelo y actualizando los sistemas de regadío para mejorar la infraestructura agrícola.