DAKAR, 18 Ago. (Reuters/EP) -
Decenas de personas han muerto en los últimos meses a causa de ataques suicidas perpetrados por Boko Haram en los campamentos de desplazados del noreste de Nigeria, donde ha aumentado su actividad.
El foco de los ataques de Boko Haram se centra cada vez más en las personas que se han visto obligadas al desarraigo por la violencia del propio grupo, según ha publicado en un comunicado el Consejo Noruego para Refugiados (NRC).
El director de programas para NRC en Nigeria, Ernest Mutanga, ha remarcado que "los campamentos que protegen a familias inocentes que huyen de la guerra deben ser lugares de refugio", sin embargo, "los grupos armados en este conflicto están empujando a la gente de un infierno a otro".
Desde el mes de julio se han registrado al menos 32 ataques contra campamentos de desplazados, y unos 200 civiles han sido secuestrados con violencia, el triple que en el mes de junio. Las causas a las que apunta NRC son el contraataque frente a la creciente ofensiva del Ejército y que desde junio ha provocado un total de más de 170 muertes por parte de las milicias y ha debilitado el control del Gobierno en el noreste del país.
El aumento de la violencia está obstaculizando el trabajo de ayuda humanitaria en la región, y organizaciones como la NRC se han visto obligadas a suspender temporalmente sus operaciones en Maidiguri, la capital del estado de Borno, debido a las amenazas de Boko Haram. "Nos preocupa que si estos ataques continúan, las opciones de acceso a la ayuda humanitaria se volverá aún peor", ha declarado a Reuters el asesor de protección y defensa en NRC en Nigeria, Jackie Okao.
Desde que Boko Haram se alzó en armas hace ocho años, su violencia ha provocado 20.000 muertes y unos 2,7 millones de desplazados y refugiados. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, se espera que alrededor de 5,2 millones de personas necesiten ayuda alimentaria a finales de este mes, 500.000 personas más que en enero de 2017.